La multinacional energética Naturgy, la antigua Gas Natural Fenosa, ha anunciado que invertirá 8.400 millones de euros hasta el año 2022 y que elevará el dividendo, actualmente fijado en un euro por acción, hasta los 1,59 euros por título en 2022, lo que supone hasta un 59% más. En total, repartirá en los próximos cinco años 6.900 millones de euros a sus accionistas.
El dividendo se elevará ya este año un 30%, hasta los 1,30 euros por acción, y en los años posteriores hasta 2022 lo hará un 5% anual, según el plan estratégico de la multinacional.
Además, podría aumentar hasta los 9.000 millones si la empresa decide no invertir en la compra de alguna compañía durante el periodo. A ello dedicaría unos 400 millones cada ejercicio, un total de 2.000 millones que recaerían en los accionistas.
Si se mantiene la posición accionarial actual, Criteria se embolsará casi 1.600 millones, mientras que CVC y los March (Rioja) y GIP casi unos 1.400 millones. Entre los tres grandes se repartirán tres cuartos de la nueva tarta del dividendo.
Dentro de la nueva estrategia, Naturgy tiene previsto deshacerse de activos por unos 300 millones de euros. Estas desinversiones se tienen que sumar a las alcanzadas ya en el primer semestre de 2018 que suman unos 2.700 millones. En total, unos 3.000 millones.
De los 8.400 millones de inversiones, unos 5.300 millones son de proyectos que ya están identificados, mientras que el resto se verá viendo durante los próximos cinco años.
El área de Infraestructuras, donde aglutina las redes de distribución tanto de gas como de electricidad, será el área que más dinero invierta en los próximos años, aunque también cabe destacar el incremento de la inversión para el negocio de Gas y Electricidad, con el foco puesto en las energías renovables.
Con todo ello, la deuda financiera de la compañía ni aumentará ni se reducirá. Naturgy tiene previsto que en 2022 se mantengan los 16.700 millones de euros de deuda que tiene en la actualidad.
Minusvalía de activos
Asimismo, la nueva Naturgy ha decidido actualizar la valoración de buena parte de sus activos. En concreto, de sus activos de generación en España, tanto centrales de carbón como ciclos combinados y nucleares.
La rebaja del valor contable de estos activos desde los 7.900 millones -incluyendo el fondo de comercio- hasta los 4.200 millones hará que la compañía cierre el año con pérdidas contables.
En palabras del presidente Francisco Reynés, “se trata simplemente de un ejercicio de contabilidad”, y ha añadido que incluso tendrá un “efecto positivo en caja, gracias a los impactos impositivos”.