El uso masivo del ‘fracking’ o fracturación hidráulica ha revolucionado el mercado global del crudo. Su utilización ha permitido a Estados Unidos (EEUU) aumentar la producción y reducir drásticamente las importaciones, algo que ha generado una sobreoferta mundial que se ha traducido en un desplome de los precios. Pero su potencial es enorme y alcanza a un nutrido grupo de países más allá de las fronteras estadounidenses.
Los investigadores de la consultora IHS han analizado a lo largo de seis meses más de 170 pozos que resultan poco productivos con las técnicas convencionales, cuya producción aumentaría de manera exponencial gracias al uso del ‘fracking’ y han comprobado que la aplicación de esta técnica fuera de EEUU permitiría extraer 141.000 millones de barriles, una cifra que asciende a casi el doble respecto a la actual producción anual, que BP estima en 86.000 millones de barriles, y equivalente a las actuales reservas de petróleo de Rusia.
El resultado de su análisis es que América Latina y Oriente Medio concentran dos tercios de los hidrocarburos que se extraerían. Los países que más aprovecharían el uso del fracking, por otra parte, serían Irán, México, Rusia y China. De sus pozos podrían extraerse, respectivamente, 40.000, 14.000, 12.000 y 6.000 millones de barriles de crudo. (Ver gráfico)
“Los descubrimientos más significativos son los que tienen que ver con México, sobre todo por la reciente apertura de su sector petrolero a las inversiones extranjeras”, explica Leta K. Smith, directora del sector de producción de energía de IHS y principal autora del análisis. “El descubrimiento más reciente en el yacimiento de Tampico-Misantla, por ejemplo, se remonta a 1988, ya que Pemex ha concentrado las actividades de prospección en los yacimientos offshore los últimos años. Pero ahora está dando marcha atrás dadas las potencialidades que esos pozos convencionales pueden tener usando nuevas técnicas”. Y añade: “Ese incremento daría nueva vida a las producciones convencionales más desgastadas y permitiría ralentizar su declive”.
Según los analistas, además, el uso de herramientas que permiten analizar el terreno mientras se está perforando (MWD, en sus siglas en inglés) aumenta las posibilidades de éxito del ‘fracking’ en esas zonas.
IHS estima que Argentina, Venezuela y Brasil son los otros países latinoamericanos con más reservas potenciales, mientras que Argelia y Libia destacan en África. Más complicada es la situación de Europa: “Reino Unido y Noruega son los países más ricos en hidrocarburos, pero la extracción en los pozos offshore se ha demostrado muy complicada también con las técnicas convencionales. Así que Italia y Dinamarca son los países con mayor potencial”, añade Smith.
Los yacimientos más prometedores, sin embargo, no se hallan en ninguno de esos países. Se trata de Saint Martin de Bossenay, cerca de la capital francesa París, el complejo de Tahe en el yacimiento chino de Tarim, y el de Bir Ben Tartar, en Túnez.
“Nos ha sorprendido el impresionante potencial que podría tener la aplicación de este cambio productivo en un momento en el que los productores luchan por abaratar costes y optimizar sus recursos. Así que nos hemos preguntado cuál sería la tecnología más adecuada para sacar mayor provecho de las actuales instalaciones”, explica Susan Farrell, vicepresidente del sector de producción de energía de IHS.