No cabe duda de que el carbón nacional será uno de los ingredientes de la batalla política para alzarse con el triunfo de la Secretaria General del PSOE, ahora que ya por fin se puede decir que Susana Díaz se ha presentado oficialmente. La defensa de la mina ha sido una importante cantera de votos y de militantes para este partido, y la situación en las cuencas mineras está tan tensa que no se puede saber de qué lado van a estar los militantes el día de las votaciones.
Pero ¿cuál es la postura que defiende cada candidato? Los tres defienden la continuidad de la industria del carbón nacional pero con matices, y también un horizonte renovable, que luche contra el cambio climático y reduzca las emisiones de CO2, dos conceptos que chocan frontalmente.
A falta de conocer en detalle la posición en esta materia de Susana Díaz, al ser la candidata oficialista lo más lógico es que se apoye en la ponencia ESPAÑA 2020: una economía social y ambientalmente sostenible presentada por el PSOE en febrero pasado. En ella se dice que hay que invertir en renovables para cumplir los compromisos europeos de cambio climático, es decir con las reducciones de emisiones, y a renglón seguido apoya el carbón, el combustible fósil que más contamina: “El carbón nacional es una reserva estratégica y tendrá su hueco térmico”. ¿Cómo se puede ser sostenible y apostar por el carbón?
Mientras se juega con esta contradicción, Díaz no quería perder su oportunidad de visitar los pueblos mineros, y se adelantó. En enero tuvo su encuentro con alcaldes, vecinos y simpatizantes de la comarca del Bierzo, donde habló de la necesaria permanencia de la minería en España.
Un mes después, Patxi López hacía lo propio y visitaba el municipio berciano de Toreno donde mantuvo una reunión con los alcaldes socialistas de los municipios mineros de la comarca. Defendió la vigencia del carbón en el mix energético nacional “hasta que se desarrollen alternativas de energías renovables”. Dejaba así la puerta abierta a una transición económica de las cuencas mineras, añadiendo que, cumpliendo la normativa europea, hay que aceptar los cierres de las empresas no competitivas.
En definitiva, López piensa que “hay que dar respuestas al carbón con un mix energético que permita su entrada hasta que no seamos capaces de llegar a las energías renovables en las que todos deseamos que se asiente la producción energética de este país, pero también buscar para estas zonas nuevas oportunidades, nuevos nichos de empleo, nuevos sectores estratégicos, para proponer y proporcionar empleo a los que hoy no tienen una oportunidad”.
Por último, el más ecologista de los tres es Pedro Sánchez. En su programa, el cambio climático tiene un peso muy importante y de hecho, su transición energética pasa por acabar con toda fuente de contaminación, entre las que hay que incluir al carbón. El Periódico de la Energía ha hablado con fuentes internas a la candidatura de Pedro Sánchez y lo tienen claro, “el carbón es un anacronismo en España, y antes de cerrar nucleares hay que cerrar las centrales térmicas de carbón, sin lugar a dudas, si queremos cumplir con los Acuerdos de París y luchar contra el cambio climático”.
Sin embargo, no todos entre las filas de Pedro Sánchez opinan lo mismo. Una de sus más firmes defensoras es Adriana Lastra, diputada socialista por Asturias, quien hace unos días garantizó en Fabero (León) el apoyo de su partido a la minería del carbón durante un acto de respaldo a Sánchez. “Siempre hemos apoyado la minería y seguimos haciéndolo”, ha afirmado la diputada durante el acto organizado por la plataforma “Somos socialistas León”, que apoya al exsecretario general del PSOE.
La diputada ha recalcado que el carbón “tiene futuro”, pero ha advertido de que para que sea una realidad antes “hay que doblegarle el brazo a la derecha” y que “además de necesitar la supervivencia del sector carbón, requieren un proceso de reindustrialización”. ¿Tiene claro Lastra cuál es la candidatura que defiende?
Los discursos de los tres candidatos a las primarias en el Bierzo son poco concretos sobre el futuro del sector, sobre todo sin tener en cuenta que la decisión no la toman ellos sino la Unión Europea. Pero deben jugar sus cartas, conscientes de que las cuencas, donde el socialismo se encuentra históricamente arraigado, jugarán un papel muy importante en las próximas elecciones.