Hay pocos sectores económicos que puedan obtener tantas ayudas como las minería del carbón. A pesar de que el Gobierno ha obrado un milagro de que les aprueben 1.300 millones de subvenciones para el cierre del carbón, el sector se queja. Sobre todo cuando saben que la industria minera está en sus últimos años de vida.
Este viernes el Consejo de Ministros ha autorizado la convocatoria de las ayudas para la minería de carbón no competitiva de 2016 por un máximo de 25,3 millones de euros. Al carbón lo premian con ayudas por no ser competitivo. Es decir, les dan ayudas por suspender, por no hacer los deberes.
Según consta en la referencia, estas ayudas -que convoca el Instituto para la Reestructuración de la Minería del Carbón- están destinadas a cubrir las pérdidas de la producción de las minas incluidas en el Plan de Cierre para la minería de carbón no competitiva.
De la cantidad total, 2,3 millones de euros van empresas públicas (Hunosa) y 23 millones de euros para empresas privadas.
Estas ayudas, destaca el Gobierno, están dentro de los límites establecidos por la normativa europea y contribuyen a encauzar el cese ordenado de las minas de carbón no competitivo.
El importe de la ayuda se determina por las toneladas de carbón para generación eléctrica efectivamente facturadas a las compañías y según el origen y poder calorífico del carbón.
Se trata en todos los casos de minas subterráneas y no las de aire libre que hay por la zona de León.
De esta manera, el Gobierno reconoce que el carbón español no es competitivo, no puede competir ante las buenas características del carbón procedente de otros países. Da más calorías que el español y encima más barato. ¿De verdad el carbón español ha querido competir o se ha dedicado a esperar a que vengan más ayudas?
El caso es que las ayudas han sido aprobadas. Veremos ahora si se destinan a lo que se refiere o se dedicarán a otras historias. Dios dirá.