El almacenamiento y las baterías de litio tienen un papel clave en los mercados de energía y quien lo controle, podría liderar el futuro del sector. Por el momento, China va ganando la partida, ya que produce el 98% de las baterías del mundo, pero los alemanes se han puesto las pilas, nunca mejor dicho, y han dado un paso importante para reducir su dependencia de los líderes asiáticos del mercado en la naciente era de los vehículos eléctricos.
Acaban de firmar una jugosa joint-venture con el gobierno boliviano para formar una empresa mixta dedicada a la explotación de litio del salar de Uyuni, considerado una de las mayores reservas mundiales de este cada vez más apreciado mineral.
Los presidentes de estatal Yacimientos del Litio Bolivianos (YLB), Carlos Montenegro, y de la alemana ACI Systems, Wolfgang Schmutz, fueron los encargados de sellar el acuerdo en la sede del gobierno de Evo Morales, en La Paz. YLB poseerá el 51% de la sociedad conjunta y ACI Systems el 49% que se espera que quede constituida formalmente a partir de finales de este año.
El salar de Uyuni es el desierto de sal continuo más extenso del mundo, de unos 10.570 kilómetros cuadrados, con unas reservas de litio de más de diez millones de toneladas, un tercio del total en el mundo. El acuerdo incluye la producción de hasta 40.000 toneladas anuales de litio, que comenzará a ser efectivo en 2022, se extenderá durante los próximos 70 años, y creará hasta 10.000 trabajos locales directos e indirectos.
"Esa cifra, 40.000 toneladas, tomando como referencia la tecnología más avanzada en baterías a día de hoy, equivale a litio para 3,3 millones de coches/año", señalan fuentes del sector.
Tras el acuerdo, el ministro de Economía alemán, Peter Altmaier, ha señalado que "Alemania debe convertirse en el país líder para la producción de celdas de batería y una gran parte de los costes de producción está vinculada a las materias primas. Por lo tanto, es recomendable que la industria alemana asegure sus necesidades de litio antes de tiempo para evitar quedarse atrás y caer en la dependencia".
Por el momento, la asociación es para extraer hidróxido de litio de los residuos que deja la producción del carbonato y no para poner en marcha una fábrica de baterías, como en un principio anunció el gobierno boliviano. Esta posible inversión en una planta industrial de cátodos y de baterías podría haber sido cercana a los 900 millones de dólares, si finalmente se construye en el plazo de unos tres años para comenzar la producción.
Cesar electrico
19/12/2018