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Amplio desconocimiento de los ciudadanos sobre las medidas más eficaces para hacer frente al cambio climático

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El próximo 22 de abril se celebra el Día Mundial de la Tierra, una fecha que cada año adquiere mayor relevancia debido a que el mundo cada vez más se ve azotado por los efectos de un cambio climático para el que no hay vacuna. Huracanes, lluvias torrenciales o temperaturas atípicas son algunos de los efectos más patentes de este fenómeno, incluso la pandemia en la que nos vemos envueltos ya hace más de un año, también se atribuye como consecuencia de ello.

La acción humana es clave para la lucha contra el cambio climático pero, ¿los ciudadanos conocen realmente cuáles son las medidas que más reducen su huella medioambiental para tomar acciones en su día a día? Ipsos ha querido dar respuesta a esta pregunta a través de un estudio global en 30 países, donde se ha concluido que a pesar de la gran preocupación que existe por el cambio climático y de los seguros que se sienten los ciudadanos en saber qué pueden hacer por su propia cuenta para combatirlo, las percepciones erróneas están muy extendidas, y en cuanto a los aspectos concretos, existe mucho desconocimiento.

De media global, 7 de cada 10 ciudadanos (69%), consideran que saben cuáles son las medidas que hay que tomar para contribuir en la lucha contra el cambio climático, un porcentaje que sube dos puntos (71%) para el caso de España, situando así a los españoles entre los europeos que más confiados se sienten en este sentido, sólo por detrás de suecos (76%) y franceses (72%).

Sin embargo, a pesar de la confianza generalizada en conocer las medidas que deben tomarse para paliar estos devastadores efectos, como ya hemos mencionado, las percepciones erróneas sobre estas medidas son más comunes que las correctas. A la hora de identificar los principales hábitos que podemos adquirir para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por una persona, reciclar fue la opción más elegida de media global por un 59%, seguida de la compra de energía procedente de fuentes renovables (49%), y la sustitución de un coche diésel por un vehículo eléctrico o híbrido (41%). No obstante, aunque todas estas medidas son formas de reducir el impacto personal sobre el cambio climático, ninguna se encuentra entre las más efectivas, según una revisión académica de 2017.

En esta revisión se constató que tener un hijo menos es la forma más eficaz de reducir las emisiones de carbono, seguida de no tener coche y evitar los vuelos de larga distancia. A pesar de ello, de media global, en esta encuesta sólo 1 de cada 10 (11%) ciudadanos señaló “no tener un hijo” como una de las tres principales medidas con mayor impacto para luchar contra el cambio climático, el 17% eligió no tener coche y el 21% mencionó evitar un vuelo de larga distancia.

En España se sigue esta tendencia mundial, ya que el 67% de los españoles sitúa el reciclaje como la acción más efectiva, siendo el segundo país europeo con más ciudadanos con esta percepción, únicamente por detrás de Francia (70%) y seguida de Italia (64%). La compra de energía procedente de fuentes renovables (58%) y de la sustitución de un coche diésel por un vehículo eléctrico o híbrido (45%), son las tras dos medidas que los españoles perciben como las más efectivas contra el cambio climático. En lo que respecta a la acción más efectiva, reducir el número de hijos, sólo el 5% de los españoles lo señala como una opción efectiva.

A parte de las medidas más obvias, el estudio de Ipsos también presentó a los encuestados un abanico más amplio de acciones que podían hacerse de manera individual para ayudar a reducir las emisiones de carbono. Las más elegidas a nivel global fueron las de utilizar menos envases (elegida por el 52% de media global) y comprar menos artículos o comprar otros más duraderos (46%), de nuevo, ambas medidas se encuentran fuera del listado de las más eficientes según un estudio académico que recopila las 30 medidas con mayor impacto. Sin embargo, una de las acciones más eficaces de este estudio académico, que consiste en renovar la vivienda para que sea más eficiente (que ocupa el 6º lugar de 30), sólo fue elegida por el 35% de los encuestados, aunque hay que decir que 7 de los 11 países europeos entrevistados, entre ellos España, la eligieron entre sus tres primeras acciones: Hungría (68%), Bélgica (61%) y Holanda (56%) fue su primera opción; Francia (56%), Italia (52%) y España (50%) como segunda opción; y Alemania (48%) como tercera.

En este sentido, para los españoles, las tres mejores medidas para reducir las emisiones de carbono serían usar menos envases (59%), en línea con la percepción global, seguido de renovar la vivienda para que sea más eficiente (50%), y de utilizar equipos de cocina más eficientes desde el punto de vista energético, que utilicen combustibles más limpios o energías renovables (44%).

LA MIGRACIÓN COMO CAUSA DEL CAMBIO CLIMÁTICO

Los movimientos migratorios siempre han estado presentes a lo largo de la historia, pero es en la más reciente donde los flujos entre países no han parado de propiciar noticias impactantes sobre los millones de personas que cada día deciden dejar su país.

A la pregunta de si se cree que hay más personas que migran como consecuencia de conflictos (guerras, violencia criminal y política) o como resultado de desastres climáticos y meteorológicos (como huracanes, tormentas o inundaciones), casi la mitad de la población (43%) cree que el conflicto es la mayor causa de los desplazamientos, mientras que un tercio (32%), de media global, eligió los desastres relacionados con el clima y el tiempo. De nuevo, la percepción de los ciudadanos no coincide con la realidad, ya que la verdadera causa de las migraciones, el clima y la meteorología, representó dos tercios (67%) de los nuevos desplazamientos en los primeros seis meses de 2020.

De los 30 países encuestados, sólo Estados Unidos (43%), Japón (41%), China (40%), Francia (39%) y Rusia (35%) se muestran más propensos a decir que el cambio climático es la causa de los desplazamientos internos. En el caso de España, un 43% de ciudadanos comparten la opinión global al afirmar que estas migraciones son producto de conflictos políticos, frente al 26% que sí que considera que tienen relación con los desastres climáticos.

ElL CUIDADO DEL MEDIO AMBIENTE PASA POR UN CAMBIO DE DIETA

Según diferentes estudios, seguir una dieta vegetariana supone un menor impacto sobre el planeta que seguir una dieta basada en productos locales que incluya lácteos y carne. Nuevamente este dato choca con la percepción de la opinión pública, ya que 6 de cada 10 personas a nivel mundial (57%) afirman que seguir una dieta basada en productos locales, es la mejor manera de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero generados por una persona, eligiendo la opción de la dieta vegetariana sólo el 20% de los encuestados.

A nivel europeo, Francia (70%), Bélgica (68%), y Suecia (66%) son los países más sesgados en este sentido, donde piensan que elegir una dieta local es la mejor forma de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Aunque en España ese porcentaje de población es más bajo (59%), también supera de forma abultada al volumen de personas que considera que lo mejor sería llevar una dieta vegetariana, que sólo son el 14% de los españoles.

Este sesgo de la realidad se puede ligar al desconocimiento que existe respecto a la cantidad de dióxido de carbono que se emite a la atmósfera al elaborar una hamburguesa de carne, por ejemplo. Cuando se pregunta a la gente cuántos kilómetros tendría que recorrer un coche para igualar el impacto medioambiental que tiene una hamburguesa, el 86% no sabe dar una respuesta, y los que se animan a dar una respuesta, la mayoría cree que equivale a unos 43 kilómetros, cuando el dato real oscila entre los 38 y los 119 km/h, dependiendo de la eficiencia del vehículo, de nuevo una percepción muy baja a la realidad.

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