La Consejería regional de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial ha aprobado la declaración de impacto ambiental de la central hidroeléctrica de bombeo Chira-Soria y la creación de una comisión técnica de seguimiento que velará por que su construcción no tengan "afecciones significativas al medio o la población de la zona".
Esta iniciativa, prevista en los municipios grancanarios de San Bartolomé de Tirajana y Mogán y promovida por Red Eléctrica de España S.A.U., prevé la construcción de una central de 200 MW (alrededor del 36 % del pico de demanda energética de Gran Canaria) y 3,2 GWh de almacenamiento, una estación desaladora y las obras marinas asociadas, así como las instalaciones necesarias para su conexión a la red de transporte, detalla la Consejería en un comunicado.
El servicio de Biodiversidad de la Dirección General de Lucha contra el Cambio Climático y Medio Ambiente, ha informado favorablemente sobre las actuaciones previstas, "concluyendo que no son susceptibles de afectar de forma apreciable a los lugares incluidos en la Red Natura 2000, siempre que se haga efectivo el cumplimiento de las medidas que han sido asumidas por el promotor a lo largo del trámite de evaluación ambiental".
En la declaración aprobada se establecen doce condicionantes diferentes con el objetivo de que se eviten o minimicen al máximo los posibles efectos de la actuación proyectada y que esta sea viable desde un enfoque ambiental.
En primer lugar, se aclara que cualquier modificación del proyecto evaluado o de las medidas establecidas deberá remitirse a la Dirección General de Lucha contra el Cambio Climático y Medio Ambiente para emitir un nuevo informe sobre la misma, no pudiéndose iniciar las obras correspondientes hasta que se obtenga un informe favorable de estos cambios.
Entre otras medidas, se establece que el promotor, antes de iniciar los trabajos, deberá presentar un estudio en detalle de la presencia e inventario de las especies autóctonas e invasoras presentes en la zona del cauce del Barranco de Arguineguín, incluyendo especies protegidas y hábitats de interés comunitario, para elaborar los protocolos correspondientes de actuación sobre las mismas. En este sentido, se deberá realizar un control y eliminación de especies exóticas invasoras presentes en el ámbito del proyecto.
A su vez, el promotor deberá adaptar el cronograma de obras y tomar las medidas adicionales oportunas de control del ruido para evitar cualquier molestia a la población del entorno en el que se desarrollarán estas labores.
El Programa de Vigilancia Ambiental (PVA) del proyecto hará un seguimiento exhaustivo de especies terrestres y aves que puedan encontrarse en las proximidades de las obras o en el enclave escogido para la central. En el caso de apreciar una afección significativa, se pondrá en conocimiento de la Dirección General de Biodiversidad y se tomarán las medidas oportunas. Asimismo, se incluirán indicadores específicos para el seguimiento del estado de conservación de hábitats de interés comunitario.
El PVA analizará de manera periódica los efectos indirectos, acumulativos y sinérgicos que tanto las obras como el vertido de salmuera puedan generar sobre el medio marino.
En función de los resultados obtenidos, el seguimiento podrá ampliarse cuando sea oportuno, aclara la nota.
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