Arabia Saudí es Arabia Saudí. Ha sido el rey del petróleo, y no quiere dejar de serlo. Pero ahora tiene el enemigo en casa, es decir, en la OPEP. O así lo entienden ellos. No encuentra el acuerdo con Irán e Irak, y así ve imposible alcanzar un consenso de recorte de producción con Rusia.
Tanto que se niega a sentarse con la delegación rusa, al menos hasta que no haya un acuerdo en Viena por parte de los miembros del cártel. El ministro saudí de petróleo, Khalid Al-Falih, dejó caer el domingo que tampoco es esencial un recorte en la producción. Algo que ha sentado muy mal en muchos de los socios de la OPEP, en especial a Irán.
Las diferencias son abismales a día de hoy, y solo faltan poco más de 24 horas para que se inicie el miércoles la cumbre. Irán no quiere recortar la producción. Dice que ahora no se le puede cortar la racha. Después de varios años sin poder exportar a sus mercados más importantes, necesita más tiempo para coger la velocidad de crucero y regresar a la producción de antes del embargo.
Quiere que el resto de socios de la OPEP les perdonen. Pero Arabia no está por la labor, porque si no le tocará ceder más a ellos, recortar más la producción si se quiere llegar al objetivo de generar 1,2 millones de barriles diarios menos.
Arabia ya ha cedido con Libia y Nigeria, pero no está por la labor de perder su hegemonía a costa de Irán, Irak, o cualquier potencia no OPEP, como Rusia o EEUU. Pero Arabia también sabe que no tiene el poder que tenía antes. Ahora Irán e Irak están muy fuertes y podrían contrarrestar el poder de Arabia Saudí en el seno del cártel.
Que no haya acuerdo entre los países de la OPEP sería una pésima noticia para productores como Venezuela, Ecuador, Argelia, etc, porque no conseguirían que el precio del barril aumentase y de esa manera poder aliviar un poco su pésima situación financiera.
Incremento de la demanda
Solo quedaría esperar al milagro de que la demanda repuntase para ver que el precio del barril se estabilizara más cerca de los 60 dólares. Esta opción es la que baraja Arabia Saudí que confía en que EEUU incremente el consumo. Pero eso podría ser demasiado tarde para otros compañeros de viaje que necesitan como el comer ver el precio del barril en 55 dólares cuanto antes.
Según Bloomberg, tras más de 10 horas de reunión previa a la Cumbre, Irán e Irak seguían con sus diferencias. Mantienen sus objeciones a un recorte de la producción. "Arabia Saudí e Irán están jugando muy fuertes en la negociación", dijo Abhishek Deshpande, analista de energía de Natixis. "El problema para Arabia Saudí es que esta no es la década de 1980 ó 1990, cuando podría usar su influencia y esperar que otros lo siguieran. Hoy los miembros como Irán e Irak son igual de fuertes y lo único que pretenden es asegurarse de que reciben una gran cuota de mercado".
Mientras tanto Rusia se queda como puro espectador. Prefiere no recortar la producción ya que solo mantenerla le perjudicaría según las previsiones de producción para 2017. Ya se lo dijo a la OPEP el otro día, que no iba a recortar.
Al final, después de tantos meses de dimes y diretes en la OPEP son incapaces de llegar a un acuerdo en el recorte de la producción. Algo que hará caer el precio del barril y por tanto volver a tensar las economías de los países productores.
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