Australia alcanza un récord del 36,8% de renovables en el último año fiscal y reduce el carbón a la cota más baja de este siglo

Australia cerró el pasado ejercicio con una cuota récord del 36,8% de energía eólica, solar e hidráulica en su red principal, lo que redujo la cuota del carbón a sólo el 57% de toda la generación eléctrica, la más baja de este siglo.

Los datos de OpenNEM revelan que en el pasado ejercicio se produjeron 207 teravatios hora de electricidad en la red principal de Australia -conocida como Mercado Nacional de Electricidad (NEM)- en 2022/23. De ellos, unos 77TWh fueron generados por la energía eólica, solar e hidráulica.

De ellos, unos 77TWh procedían de fuentes renovables: La eólica fue la fuente renovable que más contribuyó, con el 13% de la producción total; la solar sobre tejado, con el 10%; la solar a gran escala, con el 6,1%; y la hidráulica, con otro 7,6%.

El gas también a la baja

Según OpenNEM, la generación de gas sólo alcanzó el 5,2%, su cuota más baja desde 2006 y menos de la mitad de la que tenía hace una década, lo que refleja el hecho de que la generación de gas se utiliza más para rellenar huecos en las energías renovables que como "carga base".

El siguiente gráfico -también de OpenNEM- muestra otra forma de visualizar el cambio en las dos últimas décadas. La energía de carbón también ha alcanzado mínimos históricos: la cuota del lignito en Victoria ha caído al 15,1% y la del lignito en Queensland y Nueva Gales del Sur al 42,5%.

La generación de carbón se encuentra ahora en su nivel más bajo de este siglo, y el más bajo desde que se creó el NEM en 1999. En el último año, su cuota ha caído desde más del 60,1%. Esa cuota seguirá cayendo con el cierre de la última unidad de Liddell en abril, y con el cierre previsto de Eraring en agosto de 2025.

Por supuesto, a Australia le queda un largo camino por recorrer para alcanzar el objetivo del 82% de energías renovables en 2030.

La cuota de renovables pasó del 33,3% al 36,8% en el último año, pero, por supuesto, necesita al menos duplicarla en los próximos siete años para alcanzar esos objetivos, como han advertido múltiples organismos y empresas de generación.