La red principal australiana alcanzó una participación récord del 35 por ciento de energías renovables en el mes de octubre, superando el récord anterior establecido un mes antes, y bien encaminada para cumplir con el objetivo del gobierno federal de un 69 por ciento de energías renovables para 2030.
Australia, pues, se encuentra a mitad de camino. Según el analista de datos Geoff Eldridge, de NEMLog, las energías renovables representaron el 35 por ciento de la producción total del mercado eléctrico nacional en octubre, superando el 34,9 por ciento alcanzado en septiembre.
Aproximadamente el 27 por ciento del suministro total de electricidad en la red principal en octubre provino de la energía eólica y solar “variable”, aunque ambas tecnologías cubrieron más del 73 por ciento de la demanda local en Australia del Sur.
La proporción de energías renovables en octubre de años anteriores ha aumentado del 20% en 2018, al 23% en 2019, y a 30 por ciento en 2020.
Una de las admisiones más notables en los nuevos supuestos de emisiones del gobierno federal fue la predicción de que Nueva Gales del Sur, la red más grande del país y la más dependiente del carbón, se convertirá en un 84% de energías renovables para 2030.
Eso concuerda con los planes del ministro de energía y tesorero de Nueva Gales del Sur, Matt Kean, de construir múltiples zonas de energía renovable y almacenamiento suficiente para hacer frente al cierre anticipado de al menos tres generadores de carbón durante la próxima década, si no los cinco.
Y si el 69 por ciento de energías renovables en la red principal suena ambicioso, la propia industria cree que puede ir mucho más rápido. La empresa de transmisión Transgrid reveló el mes pasado una “visión energética” que sugería que el 91% de energías renovables es posible para 2030, con un poco de planificación.
El Operador del Mercado de Energía de Australia (AEMO) está preparando la próxima edición de su Plan de Sistema Integrado, que tiene en cuenta un escenario de 1,5 ° C que ofrece una red libre de carbono para 2035, en línea con las expectativas globales de las economías avanzadas.
Eso es mucho más rápido que la planificación de escenarios del gobierno federal, que a pesar de aceptar aparentemente el 69 por ciento de energías renovables en una década, asume que se necesitarán dos décadas más para alcanzar el 97 por ciento de energías renovables para 2050.