Tres jóvenes andaluces, Rafael Rebollo, Pablo Vidarte y Javier Rodríguez, han desarrollado una batería que aprovecha la fotosíntesis de las plantas, que se comenzará a aplicar a finales de verano en un parque público como primer campo de pruebas.
Javier Rodríguez, natural de la localidad onubense de Cartaya, se ha mostrado muy satisfecho del resultado de "Bioo", como han llamado a su invento, que se aplicará por primera vez en un parque público de la localidad barcelonesa de Sant Cugat del Vallés, con cuyo Ayuntamiento han llegado a un acuerdo.
El proyecto ya está desarrollado, como ha señalado este joven, que va a empezar este otoño tercero de Nanociencia y Nanotecnología en la Universidad Autónoma de Barcelona, y consiste, básicamente, en un sistema que permite obtener de una planta la energía suficiente para cargar un teléfono móvil o cualquier otro dispositivo electrónico.
En los últimos meses han llevado a cabo presentaciones en muchos lugares, sobre todo ciudades europeas, e incluso hay inversores australianos interesados en el proyecto, con el fin de sacar adelante cuanto antes esta "batería biológica" que aprovecha los residuos de la fotosíntesis para generar electricidad.
Los inventores entienden que ahora mismo es la energía más verde que se puede encontrar en el planeta, y su primer objetivo, una vez que han ensayado con éxito en dispositivos pequeños, es obtener a partir de plantas la energía suficiente para abastecer una vivienda o el alumbrado de un parque público.
Según detalla Rodríguez, todo se basa en "una batería biológica que contiene microorganismos capaces de romper las moléculas de metabolitos que la planta no utiliza, para transformarlos en energía, lo que hace que se obtenga electricidad a partir de la fotosíntesis".
Una campaña de 'crowdfunding' en la plataforma Indiegogo, en la que obtuvieron 100.000 euros, hizo que la idea se pudiese desarrollar.
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