La Comisión Europea (CE) ha aprobado el sistema de ayudas públicas por el que la Junta de Extremadura destinará un presupuesto total de 12,5 millones de euros para apoyar a las pequeñas y medianas empresas que produzcan combustible sólido a partir de biomasa.
El Ejecutivo comunitario ha informado de que este esquema de inversión “cumple totalmente los criterios” de las normas europeas que permiten a los Estados dar ayudas públicas a las regiones menos desarrolladas de la Unión Europea para fomentar su desarrollo económico y la cohesión.
“Hará una importante contribución a una estrategia de desarrollo coherente en Extremadura”, ha dicho la Comisión en un comunicado.
Este esquema funcionará hasta el 31 de diciembre de 2020, tomará la forma de avales a empresas que produzcan combustible sólido a partir de biomasa forestal y residuos agrícolas en la región -como los pellets y el carbón vegetal- y será financiado a través del Fondo Europeo de Desarrollo Rural (FEADER).
En nota de prensa, la Junta ha explicado que con estas ayudas de pretende dinamizar la actividad económica en el medio rural, ya que los beneficiarios son las pequeñas empresas y microempresas de las zonas rurales.
La consejera de Economía e Infraestructuras, Olga García, ha resaltado la “singularidad” de esta medida, ya que es la primera vez que la Comisión Europea decide aprobar la financiación de una subvención destinada a la fabricación de biomasa sólida, pero que para una región como Extremadura resulta “fundamental”.
En este sentido, ha aludido a los cinco requerimientos que se han hecho en los dos últimos años a la Unión Europea, desde la Dirección General de Industria, Energía y Minas, para que permitiera este uso de los fondos FEADER.
Extremadura es predominantemente agrícola y con un gran potencial de biomasa, ha añadido la consejera, que estima el importante número de cultivos agrícolas de arroz, tomate, frutales, olivo, viña, hortícola y tabaco; y la extensa producción de biomasa forestal residual de montes y dehesa.
Sin embargo, ha precisado, el 91 % de ese potencial no es aprovechado y ello a pesar de ser “un producto cada vez más utilizado tanto como combustible para calderas en el hogar como en la generación de energía renovable”.
Las pymes y micropymes de las zonas rurales extremeñas podrán acogerse a una ayuda del 30 % de la inversión subvencionable, con un máximo de 2.000.000 euros por establecimiento industrial, tanto si comienzan la producción como si transforman su actividad a la producción de biocombustibles sólidos, hasta el 31 de diciembre de 2020.
En la actualidad existe un centenar de empresas dedicadas en la región a la fabricación de carbón vegetal, pero con esta medida de apoyo a la inversión regional, la Junta espera contribuir al crecimiento del sector en el campo de la generación y del abastecimiento de biomasa.
Un campo que, en opinión de Olga García, se está erigiendo “en uno de los sectores que más empleo puede generar y sin obviar que su desarrollo contribuye a la protección del medio ambiente, dado los bajos niveles de contaminación que presenta”.