El 42% de los contratos de suministro eléctrico adjudicados en la última licitación de Chile se encuentran pendientes de su aprobación por parte de la Comisión Nacional de Energía (CNE). A principios de abril, el organismo solo habría autorizado 333 de los 775 convenios adjudicados en la licitación de agosto de 2016.
La última licitación de suministro realizada en agosto de 2016 marcó un punto de inflexión en el mercado eléctrico chileno. A un precio medio de 47,59 centavos de dólar por megavatio hora, las renovables se alzaron con más del 50% de los contratos para el suministro de casi 13 teravatios hora de energía licitados, desbancando a las generadoras de tecnologías convencionales.
La energía solar, con un precio mínimo de 29,10 euros por megavatio hora, fue la tecnología responsable de este histórico bajo precio, que redujo a menos de la mitad el obtenido en anteriores licitaciones.
El precio obtenido por las centrales que tendrán que comenzar el suministro en 2021 no parece ser el motivo de la demora en la formalización de los contratos. Fuentes de la industria señalan el elevado número de contratos a formalizar por las 22 empresas adjudicatarias como principal causa, según informa Diario Financiero.
Los primeros contratos fueron aprobados por la CNE en diciembre de 2016 y el regulador indica que el plazo de la formalización de los contratos con las 25 empresas distribuidoras de electricidad “aún no ha concluido”.
La no formalización de los contratos tiene también consecuencias para el erario público. El importe del total de la energía adjudicada en concepto de “garantía de seriedad” supera los 176 millones de dólares. Garantías que, de momento, no se han satisfecho en su totalidad. Las empresas generadoras adjudicatarias cuentan con un plazo de 60 días desde la aprobación del contrato de suministro por la CNE para abonar dicha garantía para suministrar la energía adjudicada a partir de 2021.
Chile ha convocado una nueva licitación de energía para el mes de octubre. En esta ocasión, el volumen de energía a licitar es muy inferior a anteriores convocatorias y las garantías también se han duplicado. “Los cambios apuntan a tener un mercado aún más competitivo del que hemos logrado y a asegurarnos que las ofertas que se presenten sean ofertas serias, responsables y no especulativas”, afirmó el secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Energía (CNE) Andrés Romero.
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