A medida que las exigencias de los usuarios aumentan, Internet necesita ir adaptándose e incorporar mayores infraestructuras. Los centros de datos son piezas críticas, y su instalación es muy compleja por varios motivos. Uno de ellos es la refrigeración. Las grandes compañías tecnológicas consumen una enorme cantidad de energía sólo para mantener sus servidores en una temperatura adecuada, pero el problema económico que representa esta dependencia energética podría solventarse si cuaja el llamado Proyecto Natick, una iniciativa del coloso tecnológico Microsoft que estudia la posibilidad de utilizar el enfriador más grande del mundo: el mar.
Hace unos días Microsoft ha dado a conocer el Proyecto Natick, una iniciativa de la compañía para desplegar rápidamente centros de datos más eficientes y a un coste sustancialmente más bajo. El secreto es que son submarinos y se alojan bajo el agua. El proyecto piloto, llamado Leona Philpot –nombre tomado del personaje de un videojuego de Halo- ha estado operando bajo el agua durante cuatro meses el año pasado a una profundidad de 10 metros en la costa de California.
El centro de datos submarino se compone de una carcasa de acero grande que contiene un rack de servidores de datos, con la potencia de cálculo equivalente a 300 PCs de escritorio. Los servidores están conectados a un sistema de control y rodeados por nitrógeno a presión que ayuda a eliminar el calor de las virutas.
Un problema importante que puede surgir con la colocación de los centros de datos bajo el agua es la corrosión en caso de inundación o de una fuga, o los potenciales daños derivados de una hipotética tormenta. También surgen preocupaciones ambientales potenciales y las cuestiones técnicas relacionadas con el trabajo en el océano.
Pero si la idea puede parecer exagerada, la tecnología no es del todo nueva. Los submarinos han sido durante mucho tiempo el transporte seguro de los equipos electrónicos más sofisticados. Además, si una empresa como Microsoft puede perfeccionar la tecnología, es lógico pensar en que la recompensa se traduciría inmediatamente en una reducción drástica de la factura energética.
“Esta es una tecnología especulativa, en el sentido de que si resulta ser una buena idea, va a cambiar en un instante la economía de este negocio”, dijo Norman Whitaker, director de proyectos especiales de investigación de Microsoft. Las ventajas son múltiples. El agua del mar sirve como un refrigerador natural para el centro de datos, por el que la industria tecnológica paga colectivamente miles de millones de dólares cada año para enfriarlo en tierra. Los operadores de centros de datos están buscando soluciones para mejorar la gestión energética y adoptar las energías renovables para ahorrar dinero. El entorno natural frío elimina la necesidad de enfriadores caros y ofrece un ahorro de costes inmediato.
Pero la refrigeración es apenas uno de los tantos beneficios que destaca el equipo del Proyecto Natick. Cerca de la mitad de la población mundial vive a 200 kilómetros o menos del océano, por lo tanto, colocar centros de datos bajo el agua podría llevar a conexiones más rápidas, y con una latencia menor.
Otro aspecto fundamental a considerar es el de la instalación en sí. Preparar una de estas unidades requiere menos de 90 días, cuando la construcción de un centro de datos tradicional puede extenderse hasta 24 meses. De más está decirlo, reducir el mantenimiento es una de las claves en este proyecto. Aunque podría mantenerse más de veinte años funcionando y sin abrir, la intención de Microsoft es que el contenido interno sea reciclado cada cinco años, para ponerse al día en potencia y almacenamiento.
En estos momentos el equipo de Microsoft está planificando la fase dos y está pensando en un centro de mayor tamaño: un recipiente cuatro veces mayor que el proyecto piloto con 20 veces más de potencia de cálculo. Los investigadores también están evaluando sitios de prueba en los que llevarían a cabo la prueba con la nueva cápsula submarina durante al menos un año con una fuente de energía renovable marina.
proyecto geotermia
18/08/2016