Los operadores de la central nuclear eslovena de Krsko, situada cerca de la frontera con Croacia, informaron este jueves de que han decidido cerrar temporalmente la planta como medida de precaución, tras detectar una fuga que, aseguran, no supone peligro para la población.
Se ha producido cierta “fuga del sistema primario dentro del contenedor-depósito”, que no tiene consecuencias para el entorno, informaron en un comunicado publicado en la web de la central.
La nuclear de Krsko
Sin embargo, por razones de precaución, la central nuclear será cerrada, de forma gradual y controlada, para que pueda determinarse con precisión la causa de la fuga y los pasos necesarios para detenerla, añade la nota.
“La fuga no tiene impacto sobre los empleados, la población o el entorno y (la radiactividad) está por debajo los niveles límites”, aseguran.
La planta atómica de generación de energía de Krsko ha estado en funcionamiento continuo desde que en 2022 terminara una reparación general.
Empezó a operar en 1983, aún bajo el régimen comunista de la antigua Yugoslavia, tras ser construida con una planeada longevidad operativa de 40 años y la posibilidad de prolongación por otros 20 años, que fue aprobada por el Gobierno en enero pasado, de forma que se espera siga activa hasta el año 2043.
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