Los modelos chinos hace tiempo que dejaron de ser una amenaza para convertirse en una realidad. Y es que los vehículos provenientes del gigante asiático han desembarcado con gran fuerza en tierras europeas impulsados por una fuerte electrificación. Especialmente sonado son tanto la llegada de BYD a todo el territorio europeo, donde incluso ya ha proyectado la construcción de una factoría en Hungría, como MG en el caso del mercado español, convirtiéndose, gracias a su política de precios bajos, en una de las más vendidas durante el ejercicio pasado.
A todo ello se suma el incesante goteo de fabricantes chinos que, incluso, han llegado a copar muestras como el Salón de Múnich de septiembre pasado o el reciente Salón de Ginebra, siendo mayoría por delante de los fabricantes autóctonos. Ante tal tesitura, muchos son los países del Viejo Continente han empezado a tomar medidas para frenar la escalada de ventas, la misma que proyecta convertirles en líderes antes de que acabe está década. Pero ha sido la Comisión Europea la que ha dado el paso al frente y abrió hace semanas una investigación para intentar destapara si estos fabricantes reciben subsidios por parte del gobierno, hecho que les permitiría lógicamente ofrecer esos precios tan competitivos.
Con carácter retroactivo
Y es que entre octubre del pasado año y este mes de enero, las importaciones de coches eléctricos chinos han ascendido a 177.839 unidades, lo que implica un 14% más que entre los mismos meses de un año antes, según el informe que ha filtrado el propio Ejecutivo comunitario. Así, desde ya se ha decidido, a través de un reglamento de ejecución, registrar las importaciones de nuevos vehículos eléctricos procedentes de China, en consonancia con las normas establecidas en el reglamento antisubvenciones de la UE. Un registro que permitirá a las aduanas seguir la pista de importaciones específicas tras el inicio de la correspondiente investigación de defensa comercial.
De hecho, la propia Comisión ha ido un poco más allá confirmando que si las importaciones chinas continúan al ritmo actual los fabricantes europeos no solo se enfrentarían a una bajada masiva de ventas, sino que podría “afectar negativamente al empleo y a la producción general de los productores sindicales”. Por lo tanto, si al final de la investigación actual llega a la conclusión de que la industria nacional sufre un perjuicio importante podrá imponer la recaudación de derechos compensatorios sobre las importaciones a modo de reparación y, además, hacerlo con carácter retroactivo.
Juan
08/03/2024