La demanda eléctrica en la Unión Europea (UE) disminuyó un 2,4% en 2023, el segundo año consecutivo a la baja, tras haber caído un 3,6% en 2022, y no se espera que vuelva a niveles anteriores a la crisis energética hasta 2026, según un informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
El análisis, presentado en el Club Español de la Energía, subraya que el crecimiento de la demanda mundial se ralentizó el último año debido a la caída del consumo en las economías avanzadas (Europa, Estados Unidos, Japón y otros).
Entre 2024 y 2026, en cambio, se espera que China, India y países del sureste asiático impulsen el 85% del crecimiento global previsto, que se estima que alcanzará un 3,4% de media en ese periodo.
La demanda eléctrica europea
A medida que aumente el uso del vehículo eléctrico y las bombas de calor, y se acelere la transición hacia las energías limpias, la demanda mundial de electricidad también se incrementará, destaca el informe.
La generación de electricidad a partir de fuentes de bajas emisiones (como solar, eólica e hidroeléctrica, y energía nuclear), puede representar casi el 50% de la generación de electricidad mundial en 2026, frente al 39% de 2023.
Según la AIE, las energías renovables supondrán más de un tercio de la generación total de electricidad a principios de 2025, superando al carbón.
También la energía nuclear alcanzaría un nuevo récord en 2025, impulsada por Francia, Japón, China, India o Europa, en base a las estimaciones de la agencia.
El estudio apunta que el aumento de la generación de electricidad a partir de energías renovables y de energía nuclear podría reducir las emisiones del sector energético un 2,4% en 2024 y un 0,5 % en 2025 y 2026.