1 comentario publicado Este viernes 5 de marzo se celebra un nuevo Día Mundial de la Eficiencia Energética. Este ha sido el principal motivo por el que El Periódico de la Energía ha querido repasar cómo se está desarrollando esta pata importantísima de la transición energética en España con uno de lo mayores expertos del sector. Se trata de Eduardo Brunet, CEO de Greenward Partners, que nos da algunas claves para que la eficiencia se convierta en el verdadero centro de esto a lo que llamamos transformación del sistema energético.
¿Qué nota pondría a España en eficiencia energética?
En planes y objetivos, sobresaliente; tal y como ha reconocido la propia Comisión Europea a la ERESEE. Pero, en cuanto a tasa de renovación, estamos a la cola de Europa con un 0,4% cuando deberíamos llevar varios años a un 3% y el reto cada vez se hace más complicado pues en 2030 deberemos duplicar los objetivos iniciales para llegar al objetivo de París de 2050.
¿Por qué no se está impulsando desde las administraciones la eficiencia como sí se hace con energías renovables o incluso la movilidad eléctrica?
Es bastante incomprensible. La eficiencia es el recurso más barato, rápido y eficaz para conseguir los retos de descarbonización que tenemos ya asumidos como país, además de ser el que más empleo genera. Sin embargo, carece de un cuerpo regulatorio propio y de medidas e incentivos a escala. El Proyecto de Ley de Cambio Climático apenas le dedicaba dos párrafos a este tema, siendo un sector que necesita movilizar, al menos, 80.000 millones de aquí a 2030.
Para algunos, no es un tema tan atractivo como, por ejemplo, las renovables, a las que se viene apoyando decididamente y es un importante negocio de grandes fondos y sociedades cotizadas, mientras que la eficiencia es cosa de pymes, autónomos, instaladores… la eficiencia es más “High-street” que “Wall Street”, ¡es la energía de todos!
¿Cree que la gente se entera de las ayudas a la rehabilitación energética en España?
Creo que no. Existe un gran desconocimiento no solo sobre las ayudas, sino sobre todos los aspectos relacionados con la rehabilitación energética en general, empezando por las mejoras que puede proporcionar al edificio o la vivienda en cuanto a confort y capacidad de ahorro. Es necesario realizar una labor de evangelización sobre estas cuestiones si queremos cumplir los objetivos de descarbonización mercados por la Unión Europea.
Además, hay que hacerlo con premura, ya que La Comisión Europea ha abierto recientemente el plazo para realizar comentarios a la nueva Directiva de Eficiencia Energética en Edificios (EPBD, Energy Performance of Buildings Directive), que espera aprobar a finales de este año y que impondrá obligaciones de niveles de eficiencia mínimo como ya existen desde hace tiempo en otros países de Europa.
En todo este proceso, además de la labor de concienciación e información que deben realizar las administraciones, una figura importante son los administradores de fincas. Ellos sí están al tanto de los cambios en la legislación y de las ayudas existentes. De hecho, nosotros estamos en contacto con ellos y esperamos ser un canal importante para canalizar la financiación que necesitan.
“Es un error de concepción tratar de acometer el reto que tenemos en rehabilitación energética a través de subvenciones".
¿Cómo pueden hacerlo? ¿A quién hay que dirigirse?
Es un error de concepción tratar de acometer el reto que tenemos en rehabilitación energética a través de subvenciones.
Primero, porque no hay dinero suficiente y las partidas presupuestarias no garantizan que se vayan a renovar año a año. Segundo, porque los trámites son largos y complejos. Tercero, porque, en el mejor de los casos, el importe cubre solo una parte de la inversión. Y, finalmente, las subvenciones se suelen abonar una vez finalizada la obra, por lo que el propietario lo tiene que anticipar. Por no mencionar que, en determinados casos, se imputa como renta en la declaración por IRPF.
Mucho más interesante sería canalizar los fondos públicos a través de sistemas de colaboración público-privada mediante fórmulas de coinversión, fondos de garantía y primeras pérdidas. Esto haría que el dinamismo del sector privado llegara hasta el cliente con una propuesta “llave en mano”.
¿Cómo pueden ayudar desde Greenward?
En Greenward trabajamos en varias vertientes. Por un lado, conectamos los intereses de los inversores institucionales privados y de los propietarios de edificios para financiar la renovación de inmuebles con instrumentos como PACE (Préstamos para la Activación del Capital Ecológico), que canalizan el capital de inversores institucionales privados para cubrir las necesidades de financiación de proyectos de mejora energética de los edificios. Los préstamos se pagan a efectos netos con los ahorros generados por las mejoras, con la única garantía adicional de los propios inmuebles y sin incrementar la deuda para los propietarios.
También estamos impulsando proyectos de regeneración energética a escala de barrio y promoviendo otras iniciativas e instrumentos dirigidas a incrementar la inversión y mejorar la financiación de la rehabilitación energética como los súper-Ecobonos, las Comunidades Energéticas Locales o los Certificados de Ahorro Energético, así como la medición y monetización de los servicios de flexibilidad y demanda que generan los proyectos de eficiencia energética o la creación de un Banco Verde.
¿Qué hace falta para impulsar la rehabilitación energética de edificios?
Hace falta impulsar su conocimiento, es decir, desarrollar campañas informativas que lleguen al ciudadano para que sepa los beneficios que proporciona y conozca la legislación y los plazos que marca la administración para acometer la rehabilitación energética. Y, por supuesto, hace falta financiación. Y financiación que resulte atractiva al ciudadano. Ahora mismo, además de las subvenciones, los únicos instrumentos de capital privado que proporcionan los bancos para financiar estos proyectos son principalmente hipotecas. Hay un enorme vacío en plazos superiores a 10 años que queremos llenar con mecanismos de capital privado que resultan enormemente útiles y atractivos para el ciudadano, ya que le permiten disfrutar de los beneficios de la rehabilitación energética, sin coste para él.
“Hay muchas viejas barreras por resolver para hacerla viable a la escala necesaria. Tenemos que romper el status-quo".
¿Se va a tratar de impulsar con la llegada de los fondos de la UE?
****Es cierto que los Fondos de Restructuración de la Unión Europea van a suponer un impulso importante, por volumen -27.000 millones de euros- y porque van a acelerar los procesos, pero son claramente insuficientes. En España, según el PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima), las necesidades de inversión para la descarbonización del parque edificado entre 2021 y 2030 ascienden a 40.000 millones de euros. La brecha existente es importante. Por eso es tan necesario crear instrumentos que multipliquen la inversión pública, como los que estamos promoviendo desde Greenward.
Por todo ello, ¿cree que la eficiencia energética es el patito feo de la transición?
Sí. Y todos sabemos cómo termina el cuento. Realmente, la eficiencia energética es el cisne de la transición, no solo por el enorme impacto social, económico y medioambiental que está llamada a generar, sino porque va a ser absolutamente necesaria en la capacidad de gestión inteligente de demanda en los edificios para poder dar entrada a la ingente cantidad de energía de fuentes renovables que en determinadas horas del día no encuentra salida. La alternativa a la eficiencia es una inversión mayúscula en más redes y sistemas todavía carísimos de almacenamiento que, sin duda, se acabarán socializando en la factura de todos.
¿Por qué no se habla de ella? ¿No interesa?
Interesa y mucho. Sin embargo, hay muchas viejas barreras por resolver para hacerla viable a la escala necesaria. Tenemos que romper el status-quo y hacer cosas nuevas y distintas.
Hay que desarrollar una pedagogía más inteligente, pues no se trata simplemente de ahorrar unos euros en la factura, que de por sí ya es interesante, sino de entender el enorme impacto que un proyecto de renovación energética tiene en el entorno, en el barrio, en la ciudad y en el país en términos de salud, bienestar, productividad, creación de empleo, cohesión interterritorial y cambio climático, ya que es, sin lugar a dudas, la medida más eficaz para descarbonizar nuestra economía.
Las nuevas generaciones lo entienden perfectamente y serán los que dentro de muy poco sean nuestros principales interlocutores.
Miguel
06/03/2021