El vicepresidente de EEUU, Joe Biden, ha declarado en Estocolmo que el proyecto para ampliar al doble la capacidad actual del gasoducto Nord Stream, que une Rusia y Alemania por el Báltico, le parece perjudicial.
"Fundamentalmente es un mal negocio para Europa. Europa necesita diversificar sus fuentes de energía y no aumentar su dependencia energética de Rusia", afirmó Biden en una rueda de prensa conjunta con el primer ministro sueco, Stefan Löfven.
Biden defendió la necesidad de un mercado energético "abierto y competitivo" que asegure el suministro a todo el continente.
La rusa Gazprom, que controla el 51% de la compañía operadora, la holandesa Shell, la alemana E.ON y la austríaca OMV firmaron hace un año un memorando para ampliar la capacidad del gasoducto, un proyecto conocido como Nord Stream II.
La Unión Europea, con el apoyo expreso de Italia y de la mayoría de los países de Europa del Este, rechaza el proyecto, en el que sí está interesada Alemania.
Ucrania -que sirve en la actualidad para el tránsito de la mayor parte del gas ruso que llega a Europa- presiona también para que los Veintiocho prohiban un gasoducto que en un futuro podría dejar a Kiev fuera de juego.
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