El Centro Tecnológico de Componentes (CTC) lidera un consorcio internacional que trabaja en el desarrollo de materiales avanzados que mejoren la resistencia al medio marino de los elementos estructurales de los convertidores que transforman en electricidad la energía del mar.
Esta investigación que aumentará la fiabilidad, la durabilidad y la capacidad de supervivencia de los recubrimientos ante los efectos de fenómenos naturales como la corrosión o contaminación biológica (biofouling).
De este modo, se contribuirá significativamente a maximizar el potencial de extracción de energía marina y a minimizar los costes, según informa el CTC.
El proyecto, denominado MAT4OEC (Advanced Materials for Ocean Energy Converter), cuenta con 1,1 millones de euros de presupuesto y con la participación de ocho empresas procedentes de España, Reino Unido, Irlanda, Suecia y Bélgica.
CTC es el coordinador de este proyecto que se expondrá públicamente el próximo 28 de marzo durante el transcurso de la Bilbao Marine Energy Week (BMEW).
La investigación se encuadra dentro de la Convocatoria 2016 de Oceanera-Net: una iniciativa Era-Net de la Red del Espacio Europeo de Investigación financiada por la Comisión Europea dedicada específicamente a impulsar la innovación en el sector de la energía oceánica.
Los proyectos son financiados a través de las Agencias de Desarrollo Regional de cada uno de los socios participantes en el Proyecto. En el caso de CTC, la financiación proviene de la Sociedad para el Desarrollo Regional de Cantabria, S.A (Sodercan).
Actualmente, la corrosión marina que sufren los materiales y estructuras sumergidas provoca un coste anual que oscila entre 50 y 80 millones de dólares a nivel mundial.
MAT4OEC es una propuesta encaminada a dar respuesta a esta situación, que afecta a todos los agentes que operan en el sector de las energías renovables marinas.
El proyecto contempla el desarrollo de un recubrimiento avanzado para las estructuras de acero naval, que es el material más habitual en las estructuras offshore.
La solución seleccionada se basa en la continuidad del proyecto ACORN, en el que también participó el CTC.
Aquella investigación desarrolló un revestimiento que emplea la tecnología de la pulverización térmica de aluminio (TSA) junto a diversas sustancias anti-incrustantes para combatir los efectos de la corrosión y el biofouling.
Ahora, se plantea evolucionar esa solución para conseguir nuevas prestaciones que garanticen la durabilidad de la estructura a largo plazo. Es decir, se pretende evitar la adhesión de microorganismos y reducir la colonización de algas durante, al menos, 20 años.
Los nuevos recubrimientos también combatirán aspectos como el aumento de la fricción, del peso y de la resistencia que afectan a los convertidores marinos.
La investigación también contempla el desarrollo de un sistema de monitorización para analizar la evolución de la corrosión y el biofouling.
Se trata de una herramienta importante para la planificación del mantenimiento de las estructuras operativas ya que será un indicador de la salud estructural y del revestimiento que se podrá utilizar en todos los dispositivos del entorno marino.
Los dispositivos que obtienen energía del mar son una tecnología emergente, con mucho campo de desarrollo. La utilización de materiales compuestos para las estructuras del sector será realidad a medio plazo. MAT4OEC no es ajeno a esta situación y contempla el diseño de un protector específico para este tipo de materiales.
El laboratorio marino MCTS El Bocal será uno de los escenarios en el que se realizarán las pruebas para someter las muestras a la exposición de condiciones marinas reales.
Asimismo, se realizaran estudios para observar su respuesta al desgaste y la erosión de los ambientes marinos. Los resultados de este estudio permitirán desarrollar los mejores materiales compuestos para obtener un rendimiento satisfactorio en condiciones adversas.
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