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El cierre de Garoña y la solicitud de Iberdrola de cerrar sus dos térmicas, lo mejor de 2017 para Greenpeace

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La organización ecologista Greenpeace ha hecho su balance anual, donde destaca como logros positivos el cierre de la central nuclear de Garoña y la solicitud de Iberdrola de cerrar sus últimas centrales térmicas a nivel mundial. Mario Rodríguez, el director de la organización, ha señalado que hay que aprovechar "el 2018 para decirle NO a los combustibles fósiles, al carbón y la energía nuclear e iniciemos la senda hacia una transición justa basada en las renovables y en otro modelo productivo".

También ha pedido una nueva forma de gestionar el agua, "ya que la actual es insostenible e inviable, con el fin de exigir que se afronte la grave sequía que afecta a este país" y ha demandado una nueva gestión forestal que ayude a luchar contra los grandes incendios forestales. "Todo ello, bajo un denominador común: la lucha contra el cambio climático y contra la pérdida de biodiversidad", ha añadido.

Lo mejor de 2017

A nivel nacional, Greenpeace destaca el cierre definitivo de Garoña y que las principales compañías eléctricas han reconocido que todas las nucleares están en pérdidas económicas, pero también que Iberdrola ha solicitado el cierre de sus dos últimas centrales térmicas de carbón y se ha comprometido a recolocar al 100% de la plantilla.

Dentro del ámbito energético, Greenpeace pide al Gobierno que realice una nueva evaluación de impacto del proyecto de almacén de gas en el Parque Nacional de Doñana, y en el sector de las renovables, recuerdan que el coste medio normalizado de la electricidad producida con eólica o fotovoltaica es ya menos de la mitad que con carbón y menos de un tercio que con nuclear.

Por eso piden que los partidos políticos acuerdan que la futura ley de cambio climático establezca un objetivo energético 100% renovable para España, aunque sin calendario. Por último, destacan que el Constitucional haya anulado la indemnización de más de 1.350 millones de euros por la paralización de la plataforma Castor para el almacenamiento de gas natural.

**A nivel internacional, **aplauden que el Banco Mundial deje de financiar proyectos de petróleo o gas, y que se hayan apuntado más países para abandonar el carbón antes de 2030. En Europa ya son Austria, Reino Unido, Italia, Francia, Bélgica, Finlandia, Holanda, Portugal y Grecia. Recuerdan que organizaciones de 28 países crean la plataforma “Europa: un futuro sin carbón”.

Respecto al transporte, también señalan que hay países que han apostado por un sector mucho más limpio, como es el nuevo Gobierno holandés, que se compromete a que en 2030 solo se vendan coches sin emisiones, o Escocia, que fija ese compromiso en 2032. Además, todos los coches Volvo serán eléctricos o híbridos desde 2019.

Lo peor de 2017

Para Greenpeace, la sequía, los incendios y la postura del gobierno español frente al carbón, se han convertido en lo peor a nivel nacional de 2017. "España es el único país de Europa occidental que no se plantea el abandono del carbón. Es, junto con Polonia y Alemania, el país con más térmicas de carbón, situadas entre las 30 más tóxicas de Europa. El ministro de Energía presentó un borrador de Real Decreto para impedir el cierre de centrales. Cada español/a paga más de 400 euros al año en subvenciones a combustibles fósiles", dicen en el comunicado. También recuerdan que el ‘Impuesto al Sol’ se mantiene por el veto de Ciudadanos a su eliminación.

En el plano internacional, las emisiones de CO2, causantes del cambio climático, alcanzan su nivel más alto en 800.000 años, lo que ocasiona que continúe la escalada en las temperaturas estivales, septiembre ha sido el mes con más días con huracanes registrados en el Atlántico, y que la extensión de hielo marino en la Antártida haya estado en mínimos récord desde que existe registro.

También incluye un capítulo a Donald Trump, por decidir sacar a Estados Unidos del Acuerdo de París y reabrir las prospecciones petrolíferas en el Ártico estadounidense.

Retos para 2018 en el aspecto energético

  • Lograr una Ley de cambio climático y transición energética que incluya el fin de la energía nuclear y el carbón, así como un horizonte 100% renovable para evitar un aumento de más de 1,5 ºC a final de siglo.
  • Establecer planes de movilidad urbana centrados en las personas, a través de sistemas de transporte inteligente con menos vehículos privados que usan combustible fósil.
  • Impulsar la participación efectiva de la ciudadanía en la transición energética, a través del paquete legislativo europeo “Energía limpia para todos”.

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