El Consejo de Seguridad Nuclear ha respaldado la incorporación de varias mejoras técnicas en la Central Nuclear de Garoña (Burgos) como paso previo a su posible reapertura y prolongación de su vida útil hasta el año 2031.
Las medidas, propuestas por la Dirección Técnica de Seguridad Nuclear del CSN, afectan a la presión y temperatura de la vasija del reactor de esta central nuclear, que dejó de operar en diciembre de 2012.
Las propuestas de mejora que se plantearon como requisito previo a la renovación de la autorización de explotación de esta central nuclear fueron aprobadas por cuatro votos a favor y uno en contra, el de la consejera Cristina Narbona (PSOE).
Según refleja el acta del pleno del Consejo de Seguridad Nuclear celebrado el pasado día 4, la consejera Cristina Narbona emitió un voto particular para argumentar su posición contraria, y advertir de que se trata de la primera vez en la historia que el titular de una central pide renovar una autorización de explotación para un periodo superior a diez años.
Observó también la ex ministra que es la primera vez en la historia de la seguridad nuclear española que el titular de una central pide mantener operativo un reactor hasta los 60 años de explotación comercial, "con el consiguiente incremento de residuos nucleares que ello conllevaría".
A su juicio, el proceso que se está siguiendo para la reapertura de Garoña es "inédito", y critica además que el pleno del CSN se esté planteando mejoras en la seguridad nuclear y radiológica de la central cuando el pleno aún no ha aclarado si puede o no aceptarse esa "anómala" solicitud de reapertura hecha por Nuclenor.
También emitió un voto particular para argumentar su posición el presidente del CSN, Fernando Martí, para precisar que las mejoras técnicas serían de aplicación sólo en el caso de que el Ministerio de Industria concediera la renovación de la autorización de explotación.
A su juicio, la reiteración de los mismos argumentos en varios plenos de este organismo por parte de la consejera Cristina Narbona "no introduce elemento novedoso alguno desde el punto de vista de la seguridad nuclear", y mantiene que esa posición "menoscaba la credibilidad de este organismo regulador, cuya misión no es otra que garantizar la seguridad nuclear".
También emitió un voto particular el consejero Fernando Castelló -propuesto por el PP-, en el que califica de "extemporáneo" plantear cuestiones diferentes a las analizadas y debatidas en el pleno del organismo, y en concreto las referidas a los requerimientos adicionales para la renovación de la autorización de la explotación.
Según Castelló, la posición de Narbona responde más a una "estrategia política" que a un debate en un órgano regulador como es el CSN, y ha coincidido con el presidente del organismo en que esa postura "menoscaba la credibilidad del regulador nuclear".
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