La subasta de interrumpibilidad, que se prevé que el Gobierno convoque a finales de año, no solo determinará el precio que perciban las industrias electrointensivas por la posibilidad de interrumpir la producción de sus fábricas. También determinará el futuro de las plantas españolas de la estadounidense Alcoa, la tercera productora de aluminio más grande del mundo.
En concreto, de tres de sus centros de producción: los de A Coruña, San Cibrao (Lugo) y Avilés (Asturias), que suman entre todos 2.200 trabajadores, y que la compañía anunció que ponía en venta en el pasado mes de mayo. Y el fondo de inversión Atlas Holding, propietaria de Aludium, es actualmente el mejor situado para hacerse con las plantas.
Una opción que ven con buenos ojos los trabajadores de esas fábricas ya que Alcoa le vendió en 2014 las factorías de Amorebieta, Alicante (de extrusión, laminación) y la francesa de Castelsarrasin en 2015, y han visto que apuestan por el futuro y que están funcionando bien, buenas señales para que también ocurra lo mismo con ellos.
De hecho, algunos medios han publicado que en septiembre se prevé acelerar las negociaciones y cerrar el acuerdo pero, según fuentes cercanas consultadas por este diario, "son todos rumores, si se echa un vistazo al histórico de noticias sobre la venta de Alcoa, desde entonces se habla de su venta coincidiendo con fechas tan señaladas como las movilizaciones de sus trabajadores o las citas electorales", señalan las fuentes, "pero la venta está lejos de cerrarse en septiembre, dependerá de lo que ocurra en la subasta de interrumpibilidad y eso hasta finales de año no se espera que se produzca".
De hecho, aquellas empresas que concurran a la subasta deberán inscribirse antes del 31 de agosto, por lo que no da tiempo a que las fábricas en venta se registren bajo el nombre de una futurible empresa propietaria.
Además, Alcoa espera conseguir varios de los bloques de 90MW que se subastarán. Necesitaría al menos cuatro o cinco bloques para hacerse valer a la hora de la venta, con los que ganaría alrededor de 25 millones de euros con cada uno de ellos. "De no conseguirlo, no se prevé que Alcoa cierre pero se venderá peor, la producción de aluminio tiene altos costes eléctricos y de cómo resulte esa subasta de interrumpibilidad se valorará en más o en menos las fábricas en venta", añaden las fuentes.
Pero ¿por qué se habla de la venta en septiembre? "No hay que olvidar que en ese mes se celebran las Elecciones gallegas y la clave política hay que tenerla en cuenta", añaden, "y el nerviosismo de los trabajadores sobre su futuro laboral y la incertidumbre echan más leña al fuego de la rumorología".
Energía para todos
24/08/2016