Por fin hay una oportunidad para que se pueda desarrollar la eólica marina en España, aunque todavía no se puede cantar victoria. Por un lado, en el último borrador del PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030) el gobierno ha incluido la tecnología 'offshore' como una más de las que deberán formar parte del mix de la próxima década, pero por otro no ha fijado un objetivo concreto de capacidad a instalar.
Y ello pese a que la industria eólica española ya lo ha calculado. En noviembre pasado acotaban el objetivo de potencia offshore al que había que aspirar para no perder el tren tecnológico: entre 3 y 5 GW para 2030. "No es algo desorbitado, sino que estamos siendo bastante moderados", decía entonces a este diario Tomás Romagosa, director técnico de AEE y representante de REOLTEC, "y si nos acompaña la regulación, favorecería que hubiera la financiación necesaria para esta tecnología".
No ha sido posible. En el documento aparece agrupada la potencia a instalar tanto terrestre como marítima en los próximos años, por lo que es difícil calcular cuánta offshore se va a instalar en nuestro país en la próxima década. Si en 2015 el parque de generación era de 22.925 MW terrestres en 2030 podría alcanzar los 50 GW de potencia pero sin saber cuántos MW de cada una. "La distribución concreta por tecnologías renovables entre 2021 y 2030 dependerá, en todo caso, de los costes relativos de las mismas, así como de la viabilidad y flexibilidad de su implantación, por lo que su peso relativo podrá variar, dentro de unos márgenes, respecto de las cifras aquí presentadas", dice el PNIEC.
En 2018 en Europa se instalaron 2,65 GW eólicos marinos, elevando la capacidad instalada con esta tecnología hasta los 19 GW, pero prácticamente todos se han desarrollado con la tecnología de cimentación fija, una opción imposible a lo largo y ancho de la costa española. Sin embargo, la flotante comienza a ser una realidad técnica y económicamente, y la potente industria eólica española ha demandado que sea viable en nuestro país.
El PNIEC reconoce que "hay otras tecnologías renovables en las que España cuenta con recursos naturales significativos y un potencial de implementación local suficiente como para desarrollar las curvas de aprendizaje tecnológico: energía eólica marina, biomasa, energías marinas, residuos, así como la geotermia de baja entalpía".
Es más, considera que el desarrollo de "las tecnologías innovadoras será necesario para la consecución de los objetivos del PNIEC", y en concreto la eólica marina, tal y como pedía la industria española del sector, podría desarrollarse en los territorios insulares, sobre todo Canarias, porque "cumpliría con los dos principales aspectos de singularidad buscados (el geográfico y el de mercado)".
"Se ha detectado la oportunidad en el corto plazo que tendría la utilización de estos territorios insulares como tractores y 'punta de lanza' para el despliegue de la eólica marina, asociado a la incorporación de requerimientos de almacenamiento y apoyo al sistema eléctrico, con un mayor impacto en la reducción de emisiones de GEI e incluso evitando costes actuales para el sistema eléctrico y asociados a los Presupuestos Generales del Estado", dice el documento.
Sin embargo, para poderlo llevar a cabo, el sector eólico ha reclamado "un marco retributivo específico al igual que han tenido el resto de las tecnologías", y la convocatoria de subastas específicas "porque no es una tecnología madura, incluso pediríamos que se convocaran subastas por cada área marina que hay en el territorio español», añadía en su momento Romagosa.
Y así lo recoge el PNIEC.
En el texto se reconoce que "se adecuará el procedimiento administrativo para las instalaciones de generación eléctrica en el medio marino, a partir de la energía eólica y las oceánicas, con particular atención a la reducción de plazos de tramitación para plataformas de ensayos y proyectos de I+D+i", y que el IDAE elaborará "una Estrategia española para el desarrollo de la eólica marina".
Un documento imprescindible porque el gobierno contempla la necesaria planificación de infraestructuras eléctricas en el medio marino asociadas al despliegue de la eólica marina y, en menor medida, de las energías oceánicas, pero reconoce que el último estudio que se hizo para la instalación de parques offshore data de 2009 y está desactualizado al no contemplar las plataformas flotantes.
Y por último, solo queda conocer en detalle cómo se van a convocar las subastas de renovables, porque se anuncian subastas específicas para esa incipiente industria. Se podría convertir en el punto de inflexión para que España se haga aún más fuerte y siga siendo el líder mundial de esta tecnología.
Piloto
24/01/2020