Las comunidades de regantes, agobiadas por la reforma energética, recibirán un pequeño respiro con la reforma fiscal que será aprobada por la Comisión parlamentaria de Hacienda el próximo 8 de octubre: el regadío tendrá una reducción del 85% en el impuesto especial sobre la electricidad, tal y como se recoge en una de la treintena de enmiendas que el Partido Popular ha registrado en el Congreso a los tres proyectos de ley que constituyen la reforma fiscal, para "**mantener la competitividad de aquellas actividades agrícolas intensivas" en el uso de energía. **
En relación con este mismo impuesto eléctrico, el Gobierno reduce del 50% al 15% la multa a aplicar a quienes no comuniquen en plazo los datos exactos por los que tienen derecho a una no sujeción, exención o reducción del gravamen "cuando de ello se derive la no repercusión o la repercusión de cuotas inferiores a las procedentes". No obstante, esta sanción no se aplicará cuando proceda la imposición de una multa por una infracción tributaria.
‘Tocados’ por la reforma
La medida supondrá un balón de oxígeno para un sector muy “quemado” por la reforma energética acometida por el Ministerio de Industria hace algo más de un año, que supuso un sobrecoste de 100 millones para el regadío. Como ya informó El Periódico de la Energía, la reforma provocó que cerca del 70% de la factura de la luz del regadío corresponda ya a costes fijos que pagan durante todo el año aunque sólo consuman electricidad entre tres y siete meses al año, lo que ha disparado el gasto anual energético del sector hasta los 700 millones de euros, según datos de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore).
Para los regantes, los cambios normativos han supuesto la puntilla a más de seis años de subidas indiscriminadas en el precio de la luz, que se han traducido en un incremento medio superior al 1.000% en los costes fijos y al 100% en el total de la factura desde 2008, fecha en la que desaparecieron las tarifas especiales para riego. En la actualidad, los costes eléctricos representan ya más del 40% de los costes totales del agua de riego.
Con semejante subida, amortizar los más de 6.000 millones de euros invertidos en modernización de regadíos por las comunidades de regantes para producir más con menos agua, en línea con las indicaciones de la FAO, se hace prácticamente imposible, lo que está condenando al regadío a la desaparición, a pesar de alzarse -junto con la biotecnología- como la solución más efectiva para atajar el déficit de alimentos, máxime cuando una hectárea de estos cultivos produce cinco veces más que una de secano.
La reducción del impuesto de la electricidad no colma las aspiraciones de un sector que ya había solicitado la aplicación de un IVA reducido en el suministro eléctrico, tomando como antecedente el caso de Italia, donde los regantes del país alpino pagan un IVA menor por la energía gracias a las gestiones directas realizadas por el Gobierno italiano con la Unión Europea. Además, el sector ha solicitado en reiteradas ocasiones pagar únicamente por la potencia real registrada y no por la teórica contratada para evitar el coste de un servicio que no utilizan fuera de la época de riego (de abril a octubre) y que sólo tras la reforma energética de agosto de 2013 se ha incrementado del orden de un 115%.
Otra de las reivindicaciones de las comunidades de regantes agrupadas en Fenacore ha sido la articulación de una normativa marco adecuada para facilitar la producción de energía distribuida en las zonas regables para autoconsumo, conocida como balance neto o Net Meetering, y que permite además inyectar a la red nacional la producción que no se
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