Renovables

El largo y duro camino para que las tecnologías renovables logren descarbonizar el planeta

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La Agencia Internacional de Energía (AIE) ha presentado en Enerclub, el informe "Tracking Clean Energy Progress: 2017 (TCEP)" que demuestra en qué punto de desarrollo se encuentran las energías renovables en el mundo. Una de las conclusiones señala que las tecnologías limpias no descarbonizan los sistemas energéticos mundiales lo suficientemente rápido como para mantenerse en el camino para cumplir los objetivos del Acuerdo de París (que pretende limitar el calentamiento a los 2°C en 2025), pero el mundo todavía puede descarbonizar en el tiempo, si los gobiernos mantienen fuertes señales políticas.

El informe anual destaca las tecnologías que están en camino de alcanzar los objetivos 2°C y las que están mejorando pero también señala las que necesitan más esfuerzo y las que están totalmente desviadas. Su evaluación abarca tanto el desarrollo tecnológico como la política de implementación. En la práctica, es más útil separar estos dos patas, ya que las tecnologías costosas o no probadas no pueden implementarse, y por lo tanto requieren investigación y desarrollo, mientras que muchas tecnologías que ya son rentables están funcionando.

El organismo internacional pretende ayudar a navegar en este panorama energético en constante cambio, ya que los gobiernos, las empresas y otras partes interesadas necesitan información. Es fundamental saber dónde estamos antes de saber dónde queremos ir. ¿Cuál es el estado actual de las diferentes tecnologías del sector energético? ¿cómo están dirigiendo los gobiernos sus políticas energéticas, qué progreso están logrando y cómo pueden alcanzar sus metas de manera eficiente y rentable? El informe proporciona una herramienta para ayudar a construir sistemas de energía más limpios y más sostenibles. Las diferentes tecnologías serán, por supuesto, más o menos relevantes en diferentes países, por lo que el TCEP adopta un enfoque amplio y neutral desde el punto de vista tecnológico que abarca una amplia gama de subsectores de la energía, desde bioenergía hasta nuclear, desde la construcción hasta industrias clave, desde la energía solar fotovoltaica a la captura y almacenamiento de carbono. Este año, el informe incluye un apartado especial sobre innovación, que reúne los mejores datos del mundo sobre inversión pública y privada en I+D.

Debido a que el tiempo corre en nuestra contra para reducir el calentamiento global, hay que comenzar tan pronto como sea posible hace que las acciones subsiguientes sean más baratas y más fáciles, y es importante poner en marcha tecnologías que estén listas para acelerarlas. Por lo tanto, esta hoja de ruta tecnológica de la AIE, materializada en el informe, puede ayudar a mostrar a los gobiernos dónde deberían duplicar las tecnologías que pueden ayudar a garantizar un futuro climático seguro al menor coste.

Las tecnologías presentadas en este informe son muchas: vehículos eléctricos, almacenamiento energetico, fotovoltaica y eólica terrestre, aluminio, aviación, cemento, química y petroquímica, economía del petróleo, la industria en general, acero, iluminación, gas natural, energía nuclear, eólica marina e hidroeléctrica, papel, energía renovable, transporte, vehículos pesados y camiones, bioenergía, termosolar, energías marinas y geotermia, edificios, rehabilitación de edificios, captura y almacenamiento de CO2, carbón, navegación marina, calor renovable y biocombustibles.

El informe de la Agencia Internacional de la Energía encuentra que solo tres de 26 tecnologías están en camino de alcanzar una transición energética sostenible: energía eólica terrestre y solar fotovoltaica, vehículos eléctricos y almacenamiento de energía. Estas tecnologías se están expandiendo rápidamente a medida que disminuyen sus costes, y se están convirtiendo rápidamente en las principales soluciones bajas en carbono.

Las energías renovables representaron más de la mitad de la nueva capacidad instalada a nivel global en 2016, y se prevé que la solar fotovoltaica y la energía eólica terrestre crecerán 2,6 veces y 1,7 veces, respectivamente, entre 2016-2020.

Además, el informe dice que se vendieron más de 760,000 vehículos eléctricos en 2016, lo que suma un total mundial de dos millones de vehículos eléctricos en el camino.

La capacidad de almacenamiento de energía instalada llegó a 930 megavatios (MW) en 2016, con un crecimiento interanual de más del 60% para el almacenamiento hidroeléctrico sin bombeo.

A medida que avanzan las energías renovables y las tecnologías de almacenamiento de energía, se ven favorecidas independientemente de las preferencias políticas. Hoy en día, construir nuevos parques eólicos o solares desde cero es más barato en algunas regiones que simplemente pagar los costes de operación de una planta de carbón existente, sin necesidad de una ayuda. Y los estados rojos de Estados Unidos están instalando energía eólica a un ritmo mucho mayor que los estados azules.

Estas tendencias son evidentes en todo el mundo, ya que la mayoría de los países están dando prioridad a la energía limpia en su futuro económico. India apunta a recaudar más de 800.000 millones de euros para inversiones solares, China ya comprometió más de 292.000 millones para el desarrollo de tecnologías renovables, y el Banco Europeo de Inversiones (BEI) ha prometido más de 16.000 millones anuales para energía limpia. No es de extrañar, entonces, que China y la Unión Europea hayan publicado un manifiesto donde se reitera que la energía limpia es "el pilar principal de su asociación bilateral". Y donde los gobiernos nacionales no lideran, el gobierno local y las empresas pueden tomar el relevo. Después de que el presidente Trump retirara a los EEUU del Acuerdo de París, más de 1.400 ciudades, estados y empresas norteamericanas prometieron cumplir los objetivos de descarbonización del compromiso internacional.

Aún así, el informe es claro: hay que dejar de subsidiar el carbón para acelerar la descarbonización, porque las principales tecnologías renovables no están obteniendo todavía las reducciones de precio requeridas o la escala de las instalaciones necesarias.

La AIE informa que ocho de las 26 tecnologías -comenzando con la térmica de carbón, ya en proceso de jubilación- están significativamente desviadas y requieren un enfoque de política renovado para cumplir el objetivo de los 2°C. La Agencia cita que se debe reducir en un 40% la generación del carbón en la energía mundial, además de reducir las emisiones por la quema de carbón en alrededor del 3% anual hasta 2025 para que el futuro sea de energía sostenible.

Cuando se ayuda al carbón, las energías renovables pierden por costes. Las eléctricas estadounidenses continúan anunciando el cierre de centrales de carbón por una razón puramente económica, y la demanda de carbón en EEUU se encuentra en su nivel más bajo de los últimos 30 años. India no necesitará una nueva generación de centrales de carbón durante al menos la próxima década, y China ha cancelado la construcción de 103 plantas de carbón. "El carbón se acabó", ha llegado a decir un funcionario del gobierno chino en el New York Times.

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