Un nuevo informe de Bloomberg New Energy Finance (BNEF) revela que el mundo está agregando más capacidad de almacenamiento de energía que nunca, pero la confianza en el respaldo de las políticas gubernamentales está generando un crecimiento irregular y el sector ha registrado una desaceleración inesperada en el último año.
Las instalaciones globales de almacenamiento de energía alcanzaron 1,17 GW en 2017, lo que representa un aumento del 4,6% sobre 2016. Sin embargo, 2016 registró un crecimiento del 61% frente a 2015, lo que significa que la expansión del sector se ha desacelerado drásticamente en los últimos 12 meses.
BNEF aún espera que sector multiplique por seis veces su tamaño de aquí a 2030, pero advierte que la industria "todavía necesita un mayor rodaje” a medida que se estabiliza a escala global.
"El almacenamiento es actualmente un mercado frágil, que depende del respaldo de políticas en la mayoría de los países, y esto hace que el crecimiento sea irregular", dijo el jefe de análisis de almacenamiento de BNEF, Logan Goldie-Scott.
A medida que se agregan cantidades crecientes de fuentes de generación de electricidad renovable intermitente, como la energía eólica y solar a las redes mundiales, crece la importancia del almacenamiento en baterías como un medio fiable y receptivo para almacenar esta energía.
Sin embargo, en muchos países la tecnología de almacenamiento todavía depende de subsidios y apoyo gubernamental a menudo errático. El precio promedio de un paquete de baterías sigue siendo prohibitivamente costoso para muchos consumidores potenciales de generación distribuida, a pesar de que los costes cayeron un 24% a 209 dólares / kWh el año pasado.
Esto hace que los costes de la tecnología de almacenamiento se acerquen más a otros recursos de la red, según el informe de BNEF, pero las tasas de adopción a escala siguen sufriendo estrategias desarticuladas para soportar e integrar dicha tecnología de manera más efectiva.
La principal nación por capacidad de almacenamiento en 2017 fue Corea del Sur, que instaló 406 MW de capacidad, más que cualquier otra nación. Según BNEF, las políticas de Corea del Sur "respaldan la adopción de baterías ofreciendo incentivos tales como descuentos en las tarifas eléctricas para los clientes de C & I que despliegan sistemas".
El año pasado fue descrito como uno de transición para el mercado de EEUU, ya que las compañías eléctricas y los reguladores del país seguían divididos sobre la mejor manera de integrar, adoptar y respaldar la tecnología de almacenamiento, dijo Goldie-Scott. En América, que incluye tanto América del Norte como América del Sur, se agregaron 522 MW de capacidad de almacenamiento, cantidad un 3% menor que las capacidades agregadas en 2016.
La región EMEA creció levemente, según muestran los datos. Recientemente, en el Reino Unido se ha impulsado el desarrollo de nuevas rutas de comercialización de tecnología de baterías, liderada por la recientemente lanzada Faraday Institution, mientras que en Suecia, la gigafábrica de baterías propuesta por Northvolt apunta a 32 GWh de capacidad de producción de celdas para 2030.
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