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El sí pero no de la Cumbre Climática de Bonn: inicia la aplicación del Acuerdo de París pero deja bastante tarea para la COP24

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La cumbre del clima (COP23) concluyó la madrugada del sábado con la aprobación de un documento en el que empiezan a concretarse las reglas del Acuerdo de París contra el cambio climático, con el que cerca de 200 países reafirmaron su compromiso en Bonn a pesar de la salida del mismo de Estados Unidos.

El primer ministro de Fiji, Frank Bainimarama, presidente de la COP23, consideró que el texto aprobado en la cumbre, denominado "El Momento Bula de la Implementación" del Acuerdo de París, haciendo un guiño a la palabra "bula" con la que se saludan los fijianos, es "un paso adelante para avanzar en la puesta en marcha del pacto alcanzado en 2015, si bien hay que ir más rápido en su implementación".

No obstante, negociadores de un buen número de países, entre ellos el comisario Europeo de Acción por el Clima, Miguel Arias Cañete, reconocieron a Efe que tras la COP23 se abre un año intenso de reuniones para la diplomacia climática porque "queda mucho trabajo por delante para concluir el texto de reglas en la fecha fijada", diciembre de 2018.

Sus dos principales capítulos, del total de 6, salen más avanzados de Bonn pero no cerrados.

Se trata del mecanismo de revisión de los compromisos nacionales de reducción de emisiones del Acuerdo de París, y la financiación que los países ricos van a destinar a los en desarrollo en mitigación y adaptación al calentamiento.

La cuestión de la financiación, concretamente, ha retrasado hasta las 5.00 horas de las madrugada (4.00 GMT) la adopción de un acuerdo, en tanto que los países en desarrollo exigían a los ricos que reportasen con dos años de antelación cuánto dinero iban a aportar y en qué plazos, con el objetivo de que pudieran saber con qué fondos contaban.

Fuentes de la delegación europea aseguraron a Efe que con los márgenes presupuestarios que manejan los países no es factible decir, aquí y ahora -como les estaban exigiendo- cuánto dinero van a aportar en un horizonte de diez años, si bien no ha sido la UE quien se ha opuesto a avanzar en este exhaustivo reporte sino Estados Unidos, Australia y Japón.

Aunque la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París no se materializará hasta 2020, su anuncio y el hecho de que sea uno de los grandes donantes ha creado un clima de desconfianza general en los países en desarrollo que, de manera casi unánime, han presionado al resto de países ricos que permanecen comprometidos para que les aseguren la financiación.

Los países en desarrollo lograron que el Fondo de la Adaptación del Protocolo de Kioto se mantenga en el Acuerdo de París.

Además de otras concesiones como que las naciones ricas presenten un informe transparente y detallado de cuánto dinero van a aportar hasta 2020, y lo que están haciendo a nivel doméstico antes de esa fecha, que es cuando entra en funcionamiento el pacto de París, que por primera vez tiene obligaciones para todos.

Los países en desarrollo querían asegurarse de que los principales responsables del cambio climático cumplen sus compromisos en la segunda fase del Protocolo de Kioto, hasta 2020, para ellos empezar a hacer los suyos a partir de esa fecha y mediante el Acuerdo de París.

De la COP23 salió también el diseño del llamado Diálogo de Talanoa, mediante el cual los países deberán rendir cuentas en la próxima cumbre de cómo van a incrementar la ambición de sus compromisos de reducción de emisiones nacionales para lograr el objetivo al que se han comprometido: mantener el aumento de temperatura del planeta por debajo de los 2 grados, y, si es posible, en 1,5.

Según los científicos, que aportarán un informe previo a ese diálogo sobre los impactos de 1,5 grados de aumento de temperatura, los objetivos de reducción de emisiones actuales de los países no van por buen camino para ese objetivo sino que conducen a entre 3 y 4 grados más a finales de siglo.

La COP23 sirvió también para demostrar que la Administración Trump "vive en un universo paralelo con su obsesión trasnochada por promover los combustibles fósiles", dijo a Efe Paula Caballero, portavoz de cambio climático del World Resources Institute (WRI).

Con la Adhesión de Siria al Acuerdo de París durante la COP23, Estados Unidos queda "aislado" como único país fuera del pacto, si bien su sociedad ha demostrado que "sigue dentro", atendiendo al nombre del inmenso pabellón alternativo que han tenido en la COP23 y por el que han pasado incontables gobernadores, alcaldes, empresarios, científicos y activistas estadounidenses.

Entre otros, la COP23 se cierra con un Plan de Acción de Genero en materia climática, y con una plataforma que permitirá a las comunidades indígenas -370 millones de personas- tener voz en las negociaciones, además de con innumerables compromisos de la sociedad civil.

El primer ministro de Fiyi concluyó recordando a los países que "todos estamos en la misma canoa. Los impactos pueden variar, pero ningún país puede escapar del daño del cambio climático".

Esa "canoa" queda, desde este momento, en manos de Polonia, que debe conducirla con mucha diplomacia para alcanzar el éxito en su próximo destino, la cumbre del clima de Katowice (COP24), en diciembre de 2018.

Un reportaje de Caty Arévalo para la Agencia EFE.

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