El presidente de Renfe, Isaías Táboas, ha señalado que la lucha contra el cambio climático hará que el ferrocarril tenga un papel más importante que el que ya tiene ahora, y ha indicado que su compañía estima que en el periodo 2020-2030 "sacará de la carretera" una media de 6 millones de vehículos al año.
Táboas, que ha participado este martes en un panel dedicado a sostenibilidad ambiental del Foro RetinaLTD, organizado por El País-Retina, ha dicho que en materia de emisiones el ferrocarril tiene ventaja sobre los otros grandes medios de transporte.
En este sentido, ha agregado que, por ejemplo, en un trayecto Madrid-Barcelona el transporte por carretera multiplica por cuatro las emisiones de CO2 del ferrocarril y el avión por siete.
Ha augurado que cada vez más personas van a abandonar otros modos de transporte para utilizar el ferrocarril, que es el medio que medio que menos emite y menos energía consume.
El presidente de Renfe ha dicho que su compañía diseñó con el gestor de infraestructuras ferroviarias Adif su plan director de lucha contra el cambio climático 2018-2030, según el cual la reducción de emisiones que se hará en el ferrocarril en ese periodo equivaldrá a las emisiones de la Comunidad de Madrid durante todo un año.
Ha señalado que Renfe informa ya de la huella de carbono que tienen sus compras de material y próximamente los clientes, en sus billetes, podrán ver la huella de carbono que tiene el tren que va a utilizar.
Además, ha dicho que Renfe está investigando con Enagás para sustituir las locomotoras diésel que utiliza en los tramos ferroviarios no electrificados por otras que usen gas natural licuado (GNL).
Otro de los participantes en el panel, el presidente de Enagás, Antonio Llardén, ha manifestado que el proceso de descarbonización es un "camino irreversible", aunque ha advertido de que el objetivo es emitir menos CO2 y "no hay que perderse en el camino con las soluciones".
Ha añadido que, mejor que hablar de 2050 cuando no sabemos qué tecnologías habrá en 2045, es hablar de lo que se va a hacer en la próxima década.
Dentro del papel del gas en ese caminos de reducción de las emisiones de CO2, ha citado los gases renovables: el hidrógeno y todos los biometanos, que están ligados a procesos de economía circular, pero a los que, según Llardén, no se les ha sacado toda la eficiencia posible para reducir CO2.
Por otra parte, ha destacado que en este año, en que el carbón se ha visto desplazado por las renovables y el gas natural en la generación de electricidad, se ha emitido un 20 % menos de CO2 para producir electricidad, una cantidad equivalente a las emisiones de 3 millones de automóviles.
Llardén, que ha recordado la reciente creación de la división Enagás Renovable, ha señalado que la transición al nuevo modelo energético necesita de impulso público y privado, y ha añadido que lo importante serán la regulación y los mercados y no tanto las subvenciones.
Por su parte, la presidenta y cofundadora de Holaluz, Carlota Pi, ha dicho que hay que tener cuidado con las señales que se envían para que los consumidores cambien sus patrones de consumo y ha apuntado que, por ejemplo, la tarifa regulada o PVPC, "un precio salvajemente indexado" al mercado mayorista, ha hecho que la gente haya variado su consumo de energía "en cero".
Pi ha explicado que ello se debe a que "el consumidor residencial vive pensando en otras cosas que no es ver el precio del 'pool' para poner la lavadora", y ha agregado que "pretender que la gente haga una gestión efectiva de la energía es mucho", por lo que hay que facilitarles, con la tecnología, la toma de decisiones.
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