España tiene mucho camino por recorrer en el ámbito del cambio climático y la emisión de gases de efecto invernadero. Así lo acreditan los datos que la Unión Europea maneja sobre las emisiones de CO2 en su[ informe de Inventario Anual de gases de efecto invernadero que envió a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Protocolo de Kyoto](file:///C:/Users/Usuario/Downloads/Tech%2009%202014%20Summary%20GHG%20inventory%202014.pdf). En dicho informe, presentado el pasado junio, dan datos desde 1990 hasta 2012, donde España sale mal parada.
Es el sexto país que más contamina de Europa, tan solo por detrás de Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Polonia. En 2012, las emisiones alcanzaron los 341 millones de toneladas equivalentes de CO2. El dato es mejor que el año anterior en un 1,5% respecto a las 346 millones de toneladas de 2011. Pero aún se está lejos del objetivo marcado en el Protocolo de Kyoto, de 289,8 millones de toneladas equivalentes de CO2. España tiene que reducir 51 millones de toneladas hasta 2020.
Desde que la Unión Europea maneja datos al respecto, es decir, desde 1990, España ha aumentado las emisiones de gases de efecto invernadero en un 20% "en gran parte debido al aumento de las emisiones del transporte en carretera, la electricidad y la producción de calor, sobre todo en hogares y servicios". Otro dato a destacar es que, desde 2007 cuando se tocó techo con 432 millones de toneladas equivalentes de CO2, se ha frenado la reducción de emisiones en los últimos años 2010-2012. Hace cuatro años España emitía 347 millones de toneladas.
Pero el informe destaca a España en sus esfuerzos por disminuir las emisiones en 2012. Asegura que España fue de los países que más dejó de contaminar CO2 en el transporte por carretera y la industria manufacturera (sin contar hierro y acero). Eso sí, no hizo los deberes con la producción eléctrica en 2012 ya que ese año la hidroeléctrica prácticamente no intervino por la escasez de lluvias y sin embargo se utilizó más carbón.
Estos son los últimos datos con los que España se presenta al próximo Consejo Europeo que se celebrará en Bruselas los días 23 y 24 de octubre. En dicho consejo se tomará una decisión final sobre el nuevo marco de actuación sobre clima y energía, que incluirá nuevas medidas para aumentar la seguridad energética de la Unión Europea, así como medidas relativas a los objetivos específicos de interconexión que deban alcanzarse de aquí a 2030.
La Unión Europea se había fijado para 2020 tres objetivos: reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (20 %), cuota de energías renovables (20 %) y mejoras en la eficiencia energética (20 %). Por eso el conocido 20/20/20. Pero ahora, los objetivos van a cambiar. Así, la Comisión Europea (CE) propuso a principios de año un objetivo obligatorio de recorte de emisiones de CO2 del 40% frente a los niveles de 1990 y una meta vinculante a escala europea del 27% para las renovables para 2030, que sin embargo no se dividirá en objetivos nacionales obligatorios ni derivará en sanciones para los Estados miembros en caso de incumplimiento.
La propuesta no es del gusto ni de la industria ni de los grupos ecologistas que creen que el plan debería ser más ambicioso y con propuestas más concretas para llevar a cabo el plan. Por ejemplo, la Fundación Renovables cree que los objetivos deberían alcanzar el 45% de renovables, una reducción del consumo del 40% y de emisiones del 55% respecto a los datos de la Comisión Europea.
Los planes del Ministerio
El Ministerio de Industria ha informado este martes sobre los Presupuestos para el próximo año. En la partida ministerial hay un apartado sobre el marco del Plan de Medidas para el Crecimiento, la Competitividad y la Eficiencia (Plan CRECE), aprobado por el Consejo de Ministros en junio, y dentro de la línea que se centra en la lucha contra el cambio climático e impulso de la eficiencia energética en el transporte. En él se ha dotado con 175 millones de euros el Plan PIVE 6. Las cinco ediciones del PIVE anteriores se han traducido en 540.000 adquisiciones de nuevos turismos menos contaminantes, con un ahorro energético de 127 millones de litros de combustible al año y una reducción de gases de efecto invernadero de 262.000 toneladas de Co2 al año.
"Además, se han dotado con 75 millones de euros las acciones derivadas de la inversión en proyectos que reduzcan el consumo energético en los sectores productivos y en rehabilitación de edificios. Todo ello en el marco de la creación del Fondo Nacional de Eficiencia Energética, cuya finalidad es financiar las iniciativas nacionales de eficiencia energética que se requieran para dar cumplimiento a lo dispuesto en la normativa comunitaria", explica el Ministerio.
Por lo tanto, el Plan PIVE y el Fondo de Eficiencia Energética son las dos grandes herramientas con las que España pretende ser más eficiente y contaminar menos en los próximos años. ¿Resultará suficiente? ¿Tendrá que hacer más medidas? ¿Cuáles? Eso nos lo tendrán que decir desde el Ministerio tras el Consejo Europeo donde se aprueben los nuevos objetivos.
AI
08/10/2014