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¿Está muerta la nuclear? Arabia Saudí quiere construir 17 reactores en los próximos años

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Arabia Saudita no solo quiere apostar por las renovables, también busca alternativas como la energía nuclear. Y para ello, ha invitado a empresas estadounidenses y europeas a participar en el desarrollo de su programa de energía nuclear civil. Su ministro de Energía, Khalid al-Falih, ha asegurado que el reino no está interesado en desviar esta tecnología nuclear para uso militar.

Por eso, compañías como Westinghouse han anunciado que están en conversaciones con otras compañías estadounidenses para formar un consorcio para un proyecto de miles de millones de dólares para construir dos reactores y que esas firmas están presionando a Washington para que reinicie las conversaciones con Riad sobre un pacto civil de cooperación nuclear.

"No solo no estamos interesados ​​en desviar la tecnología nuclear para uso militar, somos muy activos en la no proliferación de otros", ha dicho Falih en una conferencia de prensa conjunta con el secretario de Energía de Estados Unidos, Rick Perry.

Pero ¿dónde ubicarían esas centrales? Los saudíes cuando quieren hacer algo lo hacen a lo grande, y por eso han pensado en construir una ciudad entera para albergar la energía nuclear. Será conocida como la Ciudad del Rey Abdullah para la Energía Atómica y Renovable, y quien se encargará de desarrollar todos los proyectos será KACARE, la agencia del gobierno saudita encargada de los planes nucleares. Fue precisamente esta agencia la que anunció hace unos meses que estaba en conversaciones con Westinghouse, filial de Toshiba, y con la eléctrica francesa EDF, muy necesitada de nuevos proyectos nucleares que den salida a su capacidad tecnológica ahora mermada en Europa.

"Esperamos que los dos caminos converjan: las discusiones comerciales y técnicas entre KACARE y las compañías estadounidenses y europeas, mientras trabajamos con nuestras contrapartes del lado estadounidense para abordar los asuntos normativos y de política", ha confirmado Falih.

Toda la información que llega desde las filas árabes, se filtra con cuentagotas desde la Administración Trump. El secretario de Estado de EEUU, Rick Perry, durante su primera visita oficial a Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Qatar, ha dicho que era "un poco prematuro" comentar sobre las negociaciones. "Estamos en las primeras etapas, pero creo que ambos estamos trabajando desde la posición de llegar al sí", ha dicho.

Nuclear con fines militares

El silencio de Perry tiene su lógica. Generalmente Washington requiere que un país firme un pacto de cooperación nuclear pacífica -conocido como un Acuerdo 123- que bloquea los pasos en la producción de combustible con posibles usos de fabricación de bombas, antes de poder anunciar nada, y según publica la agencia Reuters, en las conversaciones que se han realizado hasta la fecha, Arabia Saudita se ha negado a firmar un acuerdo que lo prive de la posibilidad de enriquecer algún día el uranio.

El principal exportador de petróleo del mundo dice que quiere que la energía nuclear diversifique su mezcla de energía permitiéndole exportar más crudo en lugar de quemarlo para generar electricidad. Pero todavía no ha adquirido la energía nuclear para ello, o la tecnología de enriquecimiento de uranio.

Los reactores necesitan uranio enriquecido a aproximadamente un 5% de pureza, pero la misma tecnología en este proceso también se puede utilizar para enriquecer el metal pesado a un nivel más alto, con grado de armamento. Este proceso es el que ha estado en el corazón de las preocupaciones de los países occidentales y regionales sobre lo que hace Irán con su energía nuclear, archirrival de Arabia Saudita que enriquece uranio a nivel nacional.

Riyadh ha dicho que quiere aprovechar sus propios recursos de uranio para ser "autosuficiente en la producción de combustible nuclear", así que no parará hasta conseguirlo. El reino wahabita ha enviado una solicitud de información a los proveedores de reactores nucleares en octubre, y planea adjudicar el primer contrato de construcción en 2018. El objetivo de Arabia Saudí es conseguir instalar hasta 17,6 GW de capacidad atómica para 2032, o hasta 17 reactores. Esta es una perspectiva prometedora para la industria nuclear mundial que lucha y se espera que Estados Unidos enfrente la competencia de Corea del Sur, Rusia, Francia y China para la licitación inicial.

Estos planes se suman al plan de reforma liderado por el Príncipe Heredero Mohammed bin Salman para reducir la dependencia de la economía del petróleo, donde también participan las tecnologías solares, fotovoltaica y termosolar, y la eólica.

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