El gasto europeo para la eficiencia energética en los edificios en el período 2014-2023 superará los 600.000 millones de euros, según recoge Navigant Research en un informe de reciente publicación titulado “Energy Efficient Buildings: Europe”. El estudio realiza un profundo análisis del mercado europeo de productos y servicios de eficiencia energética destinados a la construcción residencial y comercial a través de los 28 Estados miembros de la Unión Europea, más Noruega y Suiza.
Según el informe, en conjunto, el mercado de edificios energéticamente eficientes en Europa está liderado por Francia, Alemania y el Reino Unido. Son países que “aparentemente” muestran fuerte apoyo a las políticas de la UE en eficiencia energética con grandes empresas innovadoras que están invirtiendo una gran variedad de recursos. A continuación figuran Italia y España, que aunque tienen un mercado prometedor sus políticas son menos eficaces y con marcos regulatorios más deficientes que algunos miembros de la UE. En el caso de los países escandinavos, aunque individualmente disponen de un mercado pequeño su apuesta por todo lo relacionado con el cuidado del medio ambiente es absoluta y eso se nota en sus políticas sociales.
Regulación estricta
En general, las políticas establecidas por la UE en temas de eficiencia energética son de las más estrictas del mundo, por lo tanto el informe recuerda que no todos los países de la UE podrán seguir el ritmo establecido por la Comisión Europea en sus Directivas de Eficiencia Energética, siendo que los países que se encuentran a la cabeza deberán de hacer unas mayores inversiones tanto en tiempo como en dinero para que en conjunto se cumplan los objetivos establecidos para el 2020.
Según se recoge en el informe, el marco normativo europeo viene marcado principalmente por dos normas: la directiva sobre el rendimiento energético de los edificios (EPBD), enfocada a la nueva construcción y reformas importantes, y la directiva sobre eficiencia energética (EED), que cubre todo el consumo de energía en Europa y es responsable de la consecución de la meta de 2020.
"La EED tiene como objetivo conseguir una mejora del 20% en términos de eficiencia energética, emisiones de carbono y penetración de las energías renovables ", dice Eric Blomm, analista principal de Navigant Research. " Aunque creemos que los objetivos no se alcanzarán en todos los países, la directiva de eficiencia energética desempeñará un papel importante, junto con la EPBD, para un desarrollo sustancial del mercado en relación con la eficiencia energética de los edificios”.
El crecimiento del mercado de productos y servicios relacionados con la eficiencia energética será constante y lineal, según se recoge en el informe (ver cuadro adjunto). El mercado anual se estima que alcanzará los 41.400 millones de euros en 2014 e irá creciendo hasta prácticamente duplicar esa cifra y lograr los 80.800 millones de euros en 2023.
Como se puede ver reflejado en la tabla, el aumento abarcará todos los ámbitos de la eficiencia energética de una forma bastante lineal, pero la revolución real vendrá gracias a la tecnología de gestión de la energía y servicios y procesos de puesta en marcha, segmentos que en la actualidad todavía no están generalizados pero que durante los próximos 10 años se espera que alcancen cuotas de mercado significativas.
España, mucho por hacer
En el mercado español las posibilidades son inmensas. Tal como exponía hace escasas fechas el presidente de N2E, Javier García Breva, en estas páginas, en España “solamente el 6% del parque de 10 millones de edificios existentes poseen la certificación energética y si lo valoramos en número de viviendas apenas representa el 2,5%”. El 99% de los edificios con certificación requieren actuaciones de eficiencia energética al tener una calificación entre las letras C y la G. Y si se tiene en cuenta que la diferencia de consumo de energía entre la mejor calificación, que es la A, y la más baja, que es la G, es del 80%, la principal conclusión es que la rehabilitación energética de edificios debería ser una de las principales prioridades.
De todas formas se está avanzando. Las certificaciones correspondientes a nueva edificación, referidas a la calificación energética en emisiones de edificios, indican que estamos ante un cambio de tendencia, pues un 14% se sitúan entre las calificaciones más altas, la A y la B, un 12% en la C y el 74% restante entre la D y la G. Está claro que, aunque la nueva normativa ha comenzado a aplicarse en plena recesión, se ha iniciado una tendencia de mejora en la eficiencia energética de edificios. Pero previsiblemente, la mejora no va a ser suficiente, y como pronostica el informe de Navigant Research, España se encontrará entre los países que incumplan los objetivos de las directivas europeas de eficiencia energética de edificios y de eficiencia energética para 2020.
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