Europa está lista para lograr 45 millones de instalaciones acumuladas de bombas de calor en el sector residencial para 2030, lo que respaldará los objetivos de seguridad energética y cero neto de la región, según Wood Mackenzie**** y su última visión 'Electrificación de Europa de las perspectivas de demanda de calor para 2050'.
Las bombas de calor representan uno de los nuevos segmentos de demanda más significativos en la energía de Europa, con una demanda del segmento que se disparará 8 veces de 77 terravatios hora (TWh) en 2022 a 611 TWh para 2050.
Ahmed Jameel Abdullah, analista de investigación de European Power en Wood Mackenzie, dijo: "Sin embargo, esta ambiciosa trayectoria de crecimiento depende de la existencia de un apoyo financiero adecuado, incentivos estructurales y marcos regulatorios".
“El apoyo financiero para los propietarios y los incentivos estructurales harán que los costos del ciclo de vida de las bombas de calor sean inferiores a los de las calderas de gas. La acción regulatoria, como la prohibición de calderas de gas en viviendas de nueva construcción, también apoyaría el cambio. Además, establecer políticas energéticas para los edificios existentes, mediante el desarrollo de códigos energéticos u otra legislación, aceleraría la conversión a la electricidad”, agregó Abdullah.
El Reino Unido se queda atrás en la descarbonización de la energía térmica debido a los métodos de construcción utilizados para las viviendas existentes. Se necesita un apoyo drástico para mejorar el aislamiento e instalar bombas de calor adecuadas para alcanzar el objetivo del gobierno de 600.000 instalaciones anuales para 2028, en línea con la decisión del gobierno del Reino Unido de que las calderas de gas estarán prohibidas en todas las construcciones de viviendas nuevas después de 2025.
Reino Unido va a la zaga en instalaciones de bombas de calor
En comparación, Noruega lidera el camino con una adopción temprana desencadenada después de la crisis del petróleo de la década de 1970. El país adoptó las bombas de calor, impulsadas por subsidios gubernamentales, altos impuestos a los combustibles fósiles, bajos precios de la electricidad y restricciones a las calderas de petróleo, que han estado prohibidas desde 2020.
Italia presenta el modelo de apoyo más ambicioso. En mayo de 2020 se anunció una 'súper bonificación', que luego se extendió hasta finales de 2022, para pagar a los propietarios el 110 % de los costos de protección ecológica de sus hogares, como el aislamiento de paredes y la instalación de una bomba de calor. La perspectiva del precio de la energía en Italia sigue siendo el principal obstáculo para un mercado de bombas de calor en auge.
El desplazamiento de la calefacción de gas natural por bombas de calor también juega un papel crucial para que Europa reduzca su dependencia de la energía rusa.
“Las bombas de calor juegan un papel crucial en el camino de Europa hacia la reducción de la dependencia del gas natural, que representa el 32 % del consumo final de energía de los hogares”, concluyó Abdullah.
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