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El Foro ha sido la constatación del cambio de atmosfera que se está viviendo en el sector, el comienzo de una nueva etapa de desarrollo en nuestro país. Una nueva era en la cual se mira al futuro con optimismo aunque no está exento de interrogantes y desafíos.

La escenificación de este cambio se podría resumir en dos momentos la participación en la apertura del Secretario de Estado de Energía, por primera vez en los cuatro años de historia del Foro, y la afirmación por parte del Director de Operación de Red Eléctrica de la posibilidad de instalar 40.000MW fotovoltaicos en la próxima década.

En su intervención el Secretario de Estado anunció la convocatoria para el primer trimestre del año próximo de subastas para las Islas Canarias y Baleares y su disposición a dialogar sobre la tramitación administrativa de los proyectos de autoconsumo, aunque no a modificar los peajes sobre el mismo.

El Foro comenzó de manera positiva con el anuncio por parte de José Blanco, redactor de la ponencia del Parlamento Europeo sobre la Directiva de Energías Renovables, anunciando el acuerdo alcanzado entre los principales grupos parlamentarios para incrementar el objetivo de renovables en la Unión Europea del 27% que solicitaba la Comisión al 35% y un texto que asegura la no retroactividad de las regulaciones energéticas y la eliminación de barreras al autoconsumo, incluyendo el popularmente conocido como “impuesto al sol”. Aunque es un texto aún no definitivo, porque en la última fase del proceso se debe alcanzar un acuerdo entre el Parlamento y el Consejo cuya posición es completamente opuesta, con el liderazgo negativo de nuestros representantes en él.

Si tuviéramos que quedarnos con una conclusión del Foro, esa sería claramente que la regulación va por detrás de la tecnología y la realidad. Mercado es la nueva palabra clave.

¿Pero qué mercado? Se puso de manifiesto que si bien la subasta ha proporcionado un suelo a los proyectos, lo cual mejora las condiciones de su financiación, su retribución va a depender del mercado. En estos momentos, se produce una alta volatilidad en los precios que salen de ese mercado y una práctica imposibilidad de prever su evolución por el número importante de incertezas que le rodean.

Su mayor problema es la inadecuación de su diseño. Nos encontramos con un mercado diseñado en los años ochenta del siglo pasado, cuando ni remotamente se podía prever el éxito de la competitividad de las energías renovables ni su participación masiva en el mix eléctrico. Un mercado que asigna precio en función de costes variables se encuentra con una realidad que cada vez más estará dominado por tecnologías que no lo tienen. Esta contradicción le hace ineficaz como sistema de asignación de precio. Se puso sobre la mesa el riesgo de canibalización del precio por las propias tecnologías renovables según se vaya incrementando su participación.

Por su parte algunos promotores, participantes o no en la subasta, buscan su respuesta a través de los contratos bilaterales de venta de energía (PPA). Sin embargo, la falta de experiencias en el mercado español de este tipo de fórmula, unido a las incertidumbres descritas en el mercado, hace muy complicado su concreción. Se describieron también otras barreras para esta fórmula, como la dificultad por parte de los tomadores de los PPAs de garantizar consumos mínimos o los riesgos asociados a la actividad económica del tomador.

Si, como se previó en varias intervenciones, la energía fotovoltaica esta llamada a ser una de las tecnologías preponderantes en el mix eléctrico, quedó claro que eso también hace que deba asumir sus responsabilidades en cuanto a cantidad y calidad de la energía eléctrica a producir.

El almacenamiento de energía es una de estas responsabilidades, para poder garantizar la producción en todo momento, incrementar su potencial de penetración y poder prescindir de sistemas de respaldo contaminantes. En el marco del Foro se dieron previsiones de evolución de los costes de almacenamiento bastante prometedoras, se habló de que antes de diez años su coste habrá descendido a 1 o 2 céntimos de euro por kWh.

Otro aspecto relevante del cual se habló en el que el sector tiene que empezar a desarrollarse es en su participación en los servicios de ajuste. Esta participación no debe verse como un coste económico sino también como una oportunidad para complementar los ingresos del mercado. Pero una vez más en este punto se puso de manifiesto el que aún no se cuenta con la regulación adecuada para ello.

En la mesa dedicada a las novedades tecnológicas para el sector solar fotovoltaico se hizo una revisión del estado del arte de toda la tecnología implicada, desde las nuevas soluciones de materiales para células solares como la perovskita y nuevas técnicas de montaje como los módulos bifaciales, pasando por las nuevas capacidades que proporcionan los inversores fotovoltaicos para garantizar la robustez y fiabilidad de la red eléctrica a la que se conectan, soluciones de seguidores solares con mejor funcionamiento que mejoran la producción de las instalaciones, y las principales novedades con respecto a operación y mantenimiento, digitalización y sostenibilidad de los nuevos proyectos de generación solar fotovoltaica.

Sobre el autoconsumo, se puso de manifiesto la misma falta de adecuación de la regulación española para un adecuado desarrollo del mismo y las barreras administrativas existentes.

Las empresas están aprendiendo a gestionar el riesgo de mercado y financiero pero los reguladores el que los reguladores acompañen esta apuesta es clave para el desarrollo adecuado de la misma.

José Donoso es director general de UNEF.

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