Un dron en forma de Supermán y manejado por activistas de Greenpeace sobrevoló la central de Bugey, a 25 kilómetros de Lyon (sureste de Francia), para denunciar la vulnerabilidad a atentados terroristas de las instalaciones nucleares del país.
El aparato logró franquear una zona supuestamente protegida y se estrelló adrede contra el muro de la piscina de almacenamiento de combustible usado, adyacente al reactor número dos.
"Esta acción es muy simbólica: muestra que las piscinas de almacenamiento -altamente radiactivas- son muy vulnerables", según el grupo ecologista Greenpeace, que alertó de que estas instalaciones podrían ser fácilmente atacadas por "amenazas exteriores".
https://twitter.com/greenpeacefr/status/1014213498207985668
Horas más tarde, otro pequeño aparato se coló en las instalaciones de Bugey "sin ninguna reacción ni de la parte de (la compañía eléctrica) EDF (empresa gestora) ni de la protección aérea" del Ejército.
Greenpeace llevó a cabo estas acciones a dos días de que se entregue un informe parlamentario acerca de la seguridad de las plantas nucleares en Francia.
El Gobierno francés y EDF aseguraron que ambas iniciativas no han tenido repercusión alguna en la seguridad de la central.
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