Wallbox e Iberdrola han formado un acuerdo de compra-venta de energía a largo plazo (PPA, Power Purchase Agreement) on-site para producir, consumir y reutilizar el 100% de la energía de la producción de su planta y oficinas, ubicadas en la Zona Franca de Barcelona.
La inversión de Iberdrola en la instalación de la fotovoltaica permitirá a Wallbox ahorros en la producción y consumo de energía verde desde el primer día. De esta forma, la energética sigue poniendo en valor la competitividad de las renovables a través de contratos bilaterales, que promueven un suministro de energía a precios competitivos y estables con grandes clientes, comprometidos con un consumo sostenible.
Con esta alianza, Wallbox cumplirá su objetivo de operar con autonomía energética en estas instalaciones, así como reducir su huella de carbono, poniéndose a la vanguardia de la gestión energética productiva al abastecerse mayoritariamente con energía solar.
La fábrica de Wallbox en la Zona Franca de Barcelona contará con placas solares fotovoltaicas que producirán, para el autoconsumo de estas instalaciones y oficinas 1.000 kWh/día, el equivalente al consumo de 500 viviendas. La instalación de las placas en las oficinas corporativas se iniciará a finales de este mes de abril y está previsto que culmine a finales de junio, permitiendo que el sistema fotovoltaico entre en funcionamiento a principios del segundo semestre del año.
Energía inteligente y bidireccional
Las instalaciones, además, dispondrá de un sistema único de gestión energética, inteligente y bidireccional, que permitirá optimizar la generación, el almacenamiento y el uso de la red. A través de su regeneración, el 75% de la energía consumida en el proceso productivo es devuelto a la red energética interna para su reutilización. Está previsto que la nueva planta esté plenamente operativa en septiembre de este año.
Tanto por el volumen de producción de energía verde generado, como por el desarrollo de una nueva generación de edificios nZEB (del inglés nearly Zero Energy Building), la planta de Wallbox se convierte en una edificación pionera al conseguir un consumo energético casi nulo, alineándose con las tendencias de la nueva ingeniería sostenible, así como en el autoconsumo a nivel mundial.
“Con esta actuación sin precedentes en la industria, hemos querido materializar nuestro compromiso con la aceleración del proceso de adopción del uso cotidiano de una energía más limpia. El consumo de energía en todo el mundo está cambiando a pasos acelerados, lo que nos lleva a desarrollar productos que promueven la descarbonización. Gracias a este acuerdo, nuestros productos también serán fabricados con energía renovable, cerrando así el círculo de producción de la manera más sostenible posible”, comentó Enric Asunción, CEO de Wallbox.
“Estás fórmulas de colaboración, donde Iberdrola invierte y permite a sus clientes ahorros desde el primer momento, produciendo energía renovable en sus instalaciones, ponen en valor la competitividad de las renovables y continúan abriendo oportunidades para el desarrollo de proyectos que están transformando el presente y el futuro energético en nuestro país. Estos contratos de compra venta de energía a largo plazo aportan estabilidad a los clientes y se han convertido en una herramienta óptima para la gestión del suministro eléctrico de grandes consumidores, comprometidos con un consumo limpio y sostenible. En este caso, además, maximizamos las infraestructuras, al aprovechar la superficie disponible en las cubiertas de la fábrica, que combinamos con un novedoso sistema de eficiencia energética”, explica Raquel Blanco, directora global de Smart Mobility de Iberdrola.
Elevando el autoconsumo al siguiente nivel
En febrero de este año, Wallbox lanzó un proyecto piloto de aplicación de la tecnología de recarga bidireccional para permitir el uso de energía almacenada en las baterías de coches eléctricos para abastecer parte de la demanda energética excedente de sus oficinas corporativas. El sistema, instalado en la sede corporativa de la Zona Franca de Barcelona, está compuesto por un parque de cargadores bidireccionales modelo Quasar y una flota de vehículos eléctricos Nissan Leaf.
Los vehículos están disponibles para el uso por los empleados de Wallbox, y se recargan por la noche para suministrar energía a las oficinas durante el día. De esta forma, el edificio se comporta como un ecosistema inteligente, donde se maximiza su arquitectura para capturar la energía solar disponible y se libera o almacena en función de la demanda a través de los coches, los cuales actúan como buffers en los momentos en que la demanda energética del edificio excede, o bien la potencia contratada, o la generada por los paneles solares.
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