No es la misma situación la que viven Argelia y Libia, pero la caída del precio del petróleo está afectando a las economías de ambos países. Además, a ello hay que sumar dos revoluciones, una con armas en Libia, y otra en Argelia, de buena parte de la sociedad contra el fracking o la producción de shale gas. Ambas situaciones se convierten en un arma de doble filo en estos países, principales productores de hidrocarburos en el norte de África.
El Gobierno libio de Salvación dirigido desde Trípoli por el islamista Omar al Hasi anunció hoy que tomará medidas de austeridad para frenar la crisis económica que atraviesa el país que ha pasado de producir 1,2 millones de barriles diarios a 350.000.
Según informó a Efe Omar Hamidan, portavoz del Parlamento de Trípoli (Congreso General Nacional (CGN), la decisión se ha tomado en una reunión del Gobierno, con la participación del gobernador del Banco Central, Sedik al Kebir, en la que se decidió poner en marcha un comité para resolver la crisis en el país.
Hamidan apuntó que el CGN escuchó las recomendaciones del Gobierno sobre las medidas de austeridad que se deben implantar, entre ellas la necesidad de terminar con los subsidios al combustible y la electricidad.
Precisamente hoy la Compañía Nacional de Petróleo (CNP) informó de que la producción de petróleo en el campo de Bahr al Salam, situado en el oeste de Libia, ha descendido un 50 % como consecuencia de los enfrentamientos internos.
Menos exportaciones
El portavoz de la CNP, Al Harari, explicó que además este descenso ha influido negativamente en la exportación de crudo que se llevaba a cabo desde la refinería de petróleo de la ciudad costera de Melita (oeste), y añadió sin dar cifras que en general es "escasa" la exportación de petróleo en estos momentos.
Varias empresas libias que alimentan los puertos de Ras Lanuf y Sidra, situados en el este del país, han cesado su producción por la intensidad de los combates entre las fuerzas de la operación "Al Churuk" (cercana al Gobierno islamista de Trípoli) y los vigilantes de los yacimientos petroleros comandados por Ibrahim Yidran, leal al general sublevado Jalifa Hafter.
La Misión de Naciones Unidas de apoyo a Libia (UNSMIL, siglas en inglés) ha pospuesto indefinidamente la sesión de diálogo nacional que debía comenzar ayer entre las distintas partes en conflicto.
Desde que se anunció esta ronda de diálogo, la violencia se recrudeció en este país, y no solo entre las distintas milicias, sino también contra instalaciones vitales como aeropuertos y las terminales de exportación de petróleo (única fuente de divisas para Libia).
Argelia
En el caso de Argelia, el desplome de los precios de petróleo en los últimos meses afecta a la economía de Argelia basada esencialmente en el sector de los hidrocarburos, que contribuye con un 26,2 % en el PIB y cuyas ventas constituyen el 97 % del total de las exportaciones.
Esto hizo que el Gobierno argelino aprobara el pasado junio enmiendas legales que permiten la explotación de gas y petróleo de esquisto, una normativa sobre la que apostaba el Gobierno de este país para consolidar sus reservas y aumentar sus exportaciones de hidrocarburos.
Según cifras oficiales, las reservas actuales de petróleo y gas convencionales se sitúan en 12.000 millones de barriles de petróleo y las de gas en cuatro billones de metros cúbicos.
Pero el fracking, antes de traer buenas noticias para el país, lo que ha conseguido es desunir a la población en torno al shale gas. Al menos 400 personas se manifestaron por sexto día consecutivo en la provincia meridional de Tamanraset, situado a 2.000 kilómetros al sur de Argel, contra la explotación de gas de esquisto en esta zona porque consideran que es una amenaza medioambiental.
Manifestaciones
Según la agencia oficial argelina APS, los manifestantes, muchos de ellos estudiantes, realizaron la protesta en la localidad de Ain Saleh, situada en Tamanraset, y lugar donde se explota el gas.
"Los estudiantes protestan" o "No al gas de esquisto" fueron algunas de las pancartas que enarbolaron los manifestantes durante la protesta que comenzó en la zona centro de Ain Saleh y terminó frente a la Wilaya (gobierno civil).
Uno de los manifestantes, citados por la APS, aseguró que tienen previsto continuar con las protestas hasta conseguir que se suspenda la explotación de gas de esquisto en la región de Ain Saleh.
Ayer, el gobernador de Tamanraset, Mahmud Yamaa, se desplazó a Ain Saleh para reunirse con los representantes de la población local con el objetivo de alcanzar un acuerdo.
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