La telealimentación, es decir, la transmisión remota de energía a circuitos y dispositivos electrónicos a través de fibra óptica da solución a un gran número de situaciones problemáticas. Su principal aplicación se encuentra en el suministro de energía a sensores y actuadores (y su electrónica asociada) en las denominadas “zonas de exclusión”.
Una zona de exclusión es aquella en la que la utilización convencional de energía eléctrica no es posible debido a un ambiente hostil como, por ejemplo, la existencia de una atmósfera explosiva, un ambiente electromagnético intenso, la indisponibilidad de energía eléctrica en el lugar en que se necesita, etc.
Pero, ¿es la telealimentación a través de fibra óptica es una opción ya viable en estos momentos? Investigadores del Grupo de Semiconductores III-V del Instituto de Energía Solar de la Universidad Politécnica de Madrid y del Grupo de Displays y Aplicaciones Fotónicas de la Universidad Carlos III lo han analizado y han publicado un artículo de revisión sobre la telealimentación fotovoltaica a través de fibra óptica (“Beaming power: Photovoltaic laser power converters for power-by-light” ) en la prestigiosa revista Joule.
El artículo se enmarca dentro de la colaboración entre ambos grupos, auspiciada por la Comunidad de Madrid dentro de la Convocatoria de Proyectos Sinérgicos en Nuevas y Emergentes Áreas Científicas a través del proyecto “TElealimentación FotovoLtaica por fibra Óptica para medida y coNtrol en entornos extremos, TEFLON-CM“. En el proyecto TEFLON-CM participan como empresas asociadas Airbus, Red Eléctrica Española y Tecnalia Ventures.
“Un sistema de telealimentación fototovoltaica por fibra óptica está compuesto por una fuente de luz monocromática (normalmente un láser), un medio de transmisión (la fibra óptica) y un convertidor fotovoltaico”, explican los investigadores.
“En dichos sistemas, la fuente de luz convierte la potencia eléctrica (tomada de una región no conflictiva) en potencia luminosa, que se envía a través de la fibra óptica al convertidor fotovoltaico. Tanto la fibra óptica como el convertidor están situados en el interior de una zona de exclusión. Por tanto, la energía se transporta en forma de luz y el convertidor fotovoltaico transforma en electricidad la potencia luminosa del láser acoplado a la fibra justo en la zona de uso”.
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