Los líderes de la UE dedicarán su cumbre del jueves y viernes a analizar la situación de Libia, Ucrania y las relaciones con Rusia, además de abordar los avances hacia la Unión Energética y otros asuntos económicos, pero sin que el problema de Grecia figure oficialmente en su agenda.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, envió hoy a los Veintiocho la tradicional invitación a esta cita y en ella situó la crisis ruso-ucraniana y los pasos que la Unión Europea (UE) puede dar al respecto como el centro de los debates.
Los Jefes de Estado y de Gobierno europeos comenzarán su reunión el jueves después de comer, una vez hayan escuchado como es tradicional al presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, y lo harán con un debate sobre los trabajos para establecer la futura Unión Energética entre los Estados miembro, y así reducir su dependencia actual de algunas áreas como ocurre con el gas de Rusia.
En cuanto al debate de la unión energética, se espera que los líderes respalden la propuesta de la CE a ese respecto para reducir la dependencia de las importaciones rusas, en especial mediante el desarrollo de interconexiones de gas y electricidad que permitan acabar con el aislamiento de regiones como la Península Ibérica.
Los Veintiocho reconocerán el impulso que supone para este fin el acuerdo firmado el pasado 4 de marzo en Madrid entre España, Francia, Portugal, por el cual se comprometen a impulsar las conexiones entre estos países, incluida la reanudación del proyecto de gasoducto "Midcat", que unirá Cataluña con el sur de Francia.
Una de las medidas más polémicas que incluye la propuesta de la CE es que los países tengan que consultar con Bruselas los contratos de suministro energético antes de firmarlos para ver si respetan la legislación comunitaria, un asunto que ya ha causado polémica entre los socios.
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