Con una demanda anual de más de 40 millones de turismos, tres de los mercados automovilísticos más grandes del mundo, China, Estados Unidos y la UE, deberán mejorar la eficiencia de la combustión de los vehículos convencionales aproximadamente un 30% entre 2014-2020 (se mide en NEDC g de CO2/km) pero también darse prisa en multiplicar los vehículos eléctricos que circularán por las carreteras.
China, EEUU y la Unión Europea se enfrentan a un desafío sin precedentes. Más aún. Son los fabricantes de automóviles quienes tienen un reto mayor: desarrollar a marchas forzadas una tecnología lo suficientemente competitiva como para que pueda hacerle frente a los combustibles fósiles de los vehículos convencionales.
Son las conclusiones del último informe de World Energy Council, "E-Mobility: Closing The Emissions Gap". Los vehículos eléctricos necesitarán aumentar su cuota de mercado conjunta hasta llegar al 16% en 2020 para competir en economía y en precios con el agresivo mercado de los vehículos de combustibles convencionales.
Un porcentaje algo lejano a la cuota combinada que los vehículos eléctricos representan actualmente, que está por debajo del 1% en los mercados más grandes del mundo. Aún así, es un objetivo que debe ser considerado fundamental para cualquier estrategia política que quiera reducir las emisiones de CO2 en el transporte.
La "brecha VE"
El número necesario de ventas de vehículos eléctricos para cumplir con los objetivos de ahorro de combustible se conoce como la "brecha VE". En la UE, la brecha VE es de 1,4 millones (el 10% de las ventas de turismos proyectadas en 2020), en EEUU, está cercano a los 0,9 millones (11%), y en China, es de 5,3 millones (22%).
"Consideramos que el cierre de la brecha de las emisiones se sitúa en 2020. Más allá de ese año, los vehículos eléctricos comenzarán a tener una oportunidad de crecimiento importante, que afectará no solo a los fabricantes de automóviles sino también a todo el sector energético entero", ha declarado Christoph Frei, secretario general del World Energy Council.
Durante los próximos cinco o diez años, los fabricantes de turismos se enfrentarán a una regulación cada vez más estricta dirigida a penalizar los combustible fósiles y así hacer frente a medidas como la sostenibilidad ambiental y la mitigación del cambio climático.
Y ¿qué consecuencias traerá para el sector energético mundial? Según el informe, la demanda de electricidad atribuida a los nuevos vehículos eléctricos deberá ser gestionada con una planificación adecuada por los servicios públicos con las nuevas tecnologías renovables, que a su vez implicará a las grandes utilities de todo el mundo.
Recomendaciones
El informe realiza tres indicaciones. Una de ellas es para la industria automovilística. Los fabricantes de vehículos tendrán que responder a las presiones reguladoras y cambiar su cartera de productos por otros más sostenibles. Además, hay una oportunidad para que estos fabricantes y las grandes eléctricas puedan asociarse para ofrecer un paquete conjunto de producto y servicios a los consumidores.
Para los políticos, les aconseja que se aseguren de que las nuevas normas que incorporen los incentivos para favorecer el vehículo eléctrico sean los adecuados para los consumidores y los fabricantes. Deben monitorear los efectos del aumento de la demanda de electricidad para asegurarse el buen funcionamiento de la red eléctrica. Y por último, para los consumidores, quienes deben evaluar los beneficios económicos y ambientales de los vehículos eléctricos, junto con otros métodos de transporte alternativos que dentro de poco estarán disponibles comercialmente.
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