La eficiencia energética se está convirtiendo en una magnífica aliada en la lucha contra el cambio climático. No solo ha permitido que cayera un 1,8% la intensidad energética global en 2016, es decir, la cantidad de demanda de energía primaria necesaria para producir una unidad del producto interno bruto (PIB), sino que además la incorporación de energías renovables y otros combustibles de bajas emisiones están ayudando a compensar el impacto del PIB en el crecimiento de emisiones de gases de efecto invernadero.
Y en términos monetarios, la noticia es más que positiva. Medido como la diferencia entre el PIB real y el nivel teórico del PIB que se habría generado si la intensidad energética se mantuviera en el nivel del año anterior, esta bonificación fue de 2,2 billones de dólares en 2016, el doble del tamaño de la economía australiana.
Estas son algunas de las conclusiones del estudio 'The Market Report Series: Energy Efficiency 2017', presentado por el analista senior de la División de Eficiencia Energética de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Samuel Thomas, en un acto organizado por el Club Español de la Energía, Enerclub.
Más aún, la utilización global de energía habría crecido un 12% en 2016 sin las mejoras de eficiencia logradas desde el año 2000, lo que equivale a añadir otra Unión Europea (UE) al mercado energético mundial.
El mundo ha seguido generando más valor por su uso de energía en 2016. Desde 2010, la intensidad ha disminuido a una tasa promedio de 2,1% por año, que es un aumento significativo de la tasa promedio de 1,3% entre 1970 y 2010. La mejora en la intensidad varía ampliamente entre países y regiones, siendo China, una vez más, la que tiene el impacto más significativo.
El éxito de las medidas de eficiencia energética tiene una directa correlación con evitar el consumo de grandes cantidades de energía, además genera ahorros financieros para los consumidores y frena el crecimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, para la AIE, a pesar de estos impactos positivos, no hay lugar para la complacencia. La implementación de nuevas políticas por parte de los países se ha desacelerado significativamente en 2016. El nivel actual de ganancias como consecuencia de la eficiencia se evaporará rápidamente si no se acelera las medidas por parte de los políticos.
Nuevo sistema energético mundial
En las economías emergentes, los aumentos de la eficiencia energética han limitado el aumento en el uso de energía asociado con el crecimiento económico. Sin eficiencia, el uso total de energía entre los países miembros de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) seguiría aumentando. En cambio, la eficiencia ha llevado a un pico en el uso total de energía en 2007, y una caída posterior a niveles no vistos desde la década de 1990.
La intensidad energética decreciente es el principal factor detrás del aplanamiento de las emisiones globales de GEI relacionadas con la energía desde 2014.
Además de los beneficios ambientales, la eficiencia energética está reforzando la seguridad energética. Las mejoras de eficiencia desde 2000 evitaron gastos adicionales en importaciones de energía en muchos países. En Japón, por ejemplo, las importaciones de petróleo habrían sido un 20% más altas en 2016 y las importaciones de gas un 23% más altas si no se hubieran logrado esas ganancias de eficiencia. En Alemania y el Reino Unido, los mercados de gas más grandes de Europa, las mejoras en la eficiencia energética dieron como resultado un ahorro de gas equivalente al 30% de las importaciones totales de Europa desde Rusia. La eficiencia también ha mejorado la seguridad energética a corto plazo al reducir la demanda máxima diaria de gas.
Sin mejoras de eficiencia energética durante el mismo período, el Reino Unido y Francia necesitarían acceso a 240 millones de metros cúbicos adicionales de suministro diario de gas durante los períodos de mayor demanda, lo que equivale a más de cinco veces la capacidad de extracción diaria del Reino Unido más grande sitio de almacenamiento de gas, con el fin de mantener los niveles actuales de seguridad a corto plazo.
El caso español
El tamaño del efecto de la eficiencia varía según los países. La AIE ha examinado la situación de los integrantes en la organización y ocho de los diez principales países que muestran la mayor mejora en el efecto de eficiencia desde 2000 son europeos, y todos, excepto Suiza, están bajo la normativa de la Directiva de Eficiencia Energética de la Unión Europea. La diferencia en las tasas de mejora antes y después de 2008 también destaca el impacto de la evolución de las políticas, particularmente en China, donde la influencia de los Planes Quinquenales 11 y 12 se observa a través de una mejora del 16% en el efecto de eficiencia desde 2008.
En el caso de España, la gráfica muestra que desde el año 2000 hasta el 2008 no se hizo prácticamente nada, pero en los últimos ocho años el esfuerzo ha sido muy evidente, tanto como para situarse en la media de los países estudiados.
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