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Una transición que lleva asociada un mayor impulso y desarrollo de las energías renovables que convivirán, necesariamente, con la nuclear, al tratarse de las dos únicas fuentes que, hoy por hoy, no emiten gases ni partículas contaminantes a la atmósfera.

El binomio renovable y nuclear, fuentes complementarias y necesarias, contribuirá de manera significativa a cumplir los objetivos acordados y ratificados por España y la comunidad internacional en materia medioambiental. Así, el Acuerdo de París –COP21, el Paquete energía-clima de la Unión Europea y el Paquete de invierno conducen a una reducción drástica de las cuotas de emisión, que en el sector eléctrico suponen hasta un 60% de disminución.

El necesario esfuerzo en inversiones y el gran reto tecnológico de instalación masiva de energía renovable tendrá que ir de la mano de la energía nuclear. Una fuente libre de emisiones, con potencia firme y capaz de producir grandes cantidades de electricidad sin depender de agentes externos.

La generación de origen nuclear es, por tanto, parte ineludible del _mix _eléctrico en la transición hacia un horizonte de una sociedad más limpia y con un abastecimiento eléctrico firme y fiable. Por ello, resulta esencial mantener en operación el parque nuclear español en el largo plazo, manteniendo siempre las máximas garantías de seguridad, y al igual que han decidido países de nuestro entorno como Suiza, Bélgica, Holanda y Francia y en otros más lejanos como Estados Unidos o Rusia.

Una estrategia energética que consideramos, por cierto, acertada y realista y que avala el sector nuclear español. Capacitado, experimentado y puntero, participa en el desarrollo nuclear mundial y da soporte y respuesta a las necesidades de las centrales nucleares españolas para su excelente y seguro funcionamiento.

En definitiva, la energía nuclear tiene un largo futuro en la transición energética, por la garantía de suministro y estabilidad del sistema y porque, como generación libre de emisiones de CO2, contribuye de manera significativa a alcanzar los compromisos ambientales.

Por ello, como ya ocurre en otros países en los que están en marcha procesos de transición energética, resulta necesario asegurar su viabilidad en un periodo temporal medio y definir un nuevo modelo regulatorio que asegure la continuidad de un sector con alto valor tecnológico, que realiza importantes inversiones en investigación y desarrollo, que exporta bienes, productos y servicios a más de 40 países y que crea riqueza y empleo.

Ignacio Araluce es presidente de Foro de la Industria Nuclear Española

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