DNV ha publicado una nueva investigación sobre la percepción de la industria del creciente mercado de la eólica marina flotante y sus posibilidades de comercialización masiva. La investigación, que encuestó a 244 desarrolladores, inversores, fabricantes, asesores y operadores de todo el mundo, encontró que el 60% de los encuestados cree que la eólica marina flotante alcanzará la plena comercialización en 2035, y el 25% cree que será ya en 2030.
Alcanzar estos objetivos es ambicioso, pero los primeros indicios son prometedores, ya que el 60% de las organizaciones con negocios que generan ingresos en el sector eólico esperan aumentar la inversión en eólica marina flotante en 2023.
“La opinión del sector es clara. Hay una confianza abrumadora en que la eólica flotante puede alcanzar el éxito comercial en poco más de 10 años. DNV predice que para 2050, el 15% de toda la capacidad eólica marina instalada procederá de turbinas flotantes. Sin embargo, hay que superar los obstáculos. Los gobiernos pueden desempeñar un papel destacado a la hora de hacer el mercado atractivo para la inversión, con marcos políticos y reguladores estables a largo plazo, y adaptando infraestructuras críticas como las redes y los puertos”, dice Ditlev Engel, CEO de Sistemas de Energía de DNV.
“La propia industria tendrá que buscar la reducción de costes a través de una mayor estandarización y ampliación. Como DNV estamos comprometidos a apoyar a la industria. Este es un momento emocionante para la industria, a medida que avanzamos hacia la comercialización, la energía eólica marina flotante está abriendo nuevas posibilidades para las ubicaciones de energía eólica y jugará un papel crítico en la transición hacia un suministro de energía más limpia”, añadió.
Reducción de costes y estandarización
Alcanzar la plena comercialización dependerá, en parte, del potencial de inversión de los mercados clave. El tamaño del mercado fue citado por el 21% de los encuestados como el primer criterio para elegir un mercado en el que invertir, seguido de la estabilidad normativa y política (16%) y la idoneidad de la red eléctrica (12%).
“La eólica flotante esta lista para ser desplegada en España. Tenemos un sector industrial preparado, una tecnología lista, unas zonas con recurso prácticamente identificadas, y tan solo estamos esperando que se definan las reglas del mercado para desarrollar no solo el mercado nacional, sino dar servicio a los países circundantes”, asegura Carlos Albero, Market Area Manager de DNV para Iberia.
Para que la energía eólica marina flotante crezca, es primordial que su coste nivelado de la energía (LCOE) disminuya tanto y tan rápidamente como sea posible. El Energy Transition Outlook de DNV prevé que los costes nivelados de la eólica marina flotante se reducirán en casi un 80% de aquí a 2050.
El 21% de los encuestados cree que la estandarización, ya sea mediante la reducción del número de conceptos o la aparición de un concepto preferible, será el principal factor para la reducción del LCOE. A continuación, se sitúan las turbinas más grandes y la industrialización, seguidas de cerca por parques eólicos más grandes (que permitan economías de escala y una mayor capacidad instalada). La normalización también fue citada por la industria como un factor crucial para mitigar el riesgo.
Grandes retos
Los retos de la cadena de suministro también entran en juego, ya que el sector eólico marino está luchando contra los altos precios de las materias primas y las limitaciones de capacidad. El principal riesgo citado por los profesionales de la eólica flotante fue la falta de infraestructuras portuarias.
El segundo mayor riesgo citado fue la disponibilidad de buques de instalación, empatado con la capacidad. Aunque la energía eólica flotante no suele depender de los buques avanzados y a medida que se utilizan en la energía eólica marina fijada en el fondo, el gran número de buques de instalación de amarres y anclajes y las capacidades necesarias podrían suponer un reto para el sector, ya que en los próximos 10 años se instalarán más amarres y anclajes que nunca en el sector del petróleo y el gas.
“El atractivo comercial dependerá de la reducción de costes y de la captación de precios en diversos mercados. La reducción de costes no se consigue esperando, por lo que es crucial que la primera generación de parques eólicos flotantes de mayor tamaño esté instalada para 2030, a fin de cumplir las prometedoras perspectivas de la energía eólica flotante”, explica Magnus Ebbesen, director del Segmento de Energía Eólica Marina Flotante de DNV.
En los próximos 30 años se instalarán en todo el mundo unos 300 GW de energía eólica marina flotante, lo que requerirá unas 20.000 turbinas, cada una de ellas montada sobre estructuras flotantes de más de 5.000 toneladas de peso y aseguradas con tantas líneas de amarre que, si se ataran de extremo a extremo, darían la vuelta al mundo dos veces.