El descalabro en los mercados bursátiles mundiales el día después del Brexit es consecuencia de la incertidumbre que genera la nueva situación de Reino Unido respecto a la Unión Europea. Pero para el sector energético, el futuro no se ve tan negro como para otros sectores estratégicos.
De hecho, fuentes consultadas del sector aseguran que "por el momento quien va a notar esa ruptura es Reino Unido y las empresas del sector, porque a partir de ahora las directivas europeas que se vayan a aprobar en Bruselas, Reino Unido ya no tiene la obligación de transponerlas a su ley nacional", aún así, "se entiende que las que se aprobaron en el pasado sí que deberán seguir estando vigentes, aunque nadie asegura que las vaya a modificar en el futuro".
Un ejemplo de este cambio en las leyes "serían las Ayudas de Estado, a partir de ahora, si quiere, Reino Unido puede subsidiar cualquier sector sin tener en cuenta la supervisión europea. Dentro de la soberanía de su país, ya va a tener independencia energética". Por contra, "tendrán que buscar sus propias fuentes de financiación, porque el grifo europeo se les va a cerrar y, a su vez, los países comunitarios perderán una entrada importante de dinero a las arcas europeas".
Otro de los capítulos interesantes es el Acuerdo de la Cumbre de Cambio Climático de París: "Los compromisos se adoptaron bajo el paraguas de la UE, por lo que ahora Reino Unido deberá aportar su propio modelo de contribución, que aún no sabemos cuál es, pero como dato positivo, la salida de Reino Unido supone restar uno de los mayores emisores de CO2 de la UE, tanto es así que era una de las causas del retraso del cumplimiento medio de los objetivos europeos".
Seguridad energética
Desde el conflicto ruso-ucraniano, hace ya dos años, la seguridad energética ha sido uno de los temas más sensibles en el seno de los países miembros. Pero, ¿y en Reino Unido? La Asociación de Energías Renovables REA, señala que "este resultado plantea serias cuestiones de seguridad para los inversores, de seguridad energética además de saber qué va a ocurrir con las inversiones necesarias para la infraestructura energética del país".
Por eso, recuerda que "la política energética debe ser una prioridad para el Gobierno, porque la industria necesita tranquilidad y claridad".
Una política energética que en los últimos años se ha desmarcado de Europa por el desarrollo de la tecnología nuclear, con el multimillonario proyecto en Hinkley Point, aunque al mismo tiempo las renovables están viviendo allí su edad dorada, han alcanzado los 26,4 GW en el primer trimestre de este año, liderando igualmente la eólica terrestre y la marina. Y en capacidad fotovoltaica instalada, 2014 se convirtió en el país de mayor crecimiento de Europa, con 2,4 GW de nuevas instalaciones, volviendo a batir un récord en 2015.
Y a partir de ahora, ¿cuáles van a ser los planes a medio y largo plazo? Dependerá de lo que ocurra tras la salida del primer ministro, David Cameron, pero "se espera que el sector energético no va a perder ni a ganar, y aunque podría cambiar su estrategia energética, siempre mirará lo que hace Europa", apuntan las fuentes.
Relaciones bilaterales
"Otro punto interesante son las las interconexiones, que seguirán existiendo como hasta ahora, pero los grandes proyectos de futuro podrían paralizarse, dependerá del sistema de relación bilateral que va a existir entre ambas potencias", añaden las fuentes. Las opciones que actualmente se establecen con otros países extracomunitarios son:
- El modelo de Noruega, que no es un estado miembro pero su relación con Europa es muy estrecha.
- El modelo de Suiza, que sí está en la Unión Económica Europea (EEA) y en la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), pero que no es miembro comunitario.
- El modelo canadiense, un tratado de reciente creación entre Canadá y la UE en el que se eliminan los derechos de aduanas y las restricciones del acceso a los contratos públicos y se ofrece condiciones previsibles a los inversores.
- La Comunidad de la Energía. Establecida por un tratado en 2005, es una organización internacional para crear un mercado energético entre los 28 estados miembros y (actualmente) ocho territorios vecinos.
- Sin tratado/OMC. En esta opción, entre Reino Unido y la UE no habría ningún acuerdo bilateral específico, y el comercio sería regulado únicamente por las normas vigentes de la Organización Mundial del Comercio. En definitiva, a partir de ahora se plantea un abanico de posibilidades donde no se prevén grandes cambios ni situaciones conflictivas porque todo el sector camina hacia la integración de los mercados.
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