Gran parte de los proyectos de joint ventures en el sector petróleo y gas no cumplen los plazos y experimentan sobrecostes. Así lo pone de manifiesto el último informe Joint ventures for oil and gas megaprojects de Ernst & Young (EY), donde se concluye que el 92% de los proyectos de joint ventures analizados en el sector registra retrasos y se salda con un coste mayor al calculado inicialmente.
El estudio, que examina un total de 333 proyectos (205 de joint ventures y los 128 restantes de un solo operador), muestra que el porcentaje cae al 83% en el caso de los proyectos en los que no existe este tipo de alianzas. Esto se debe, según se explica en el informe, a que las estructuras de las joint ventures son más complejas y los distintos criterios de inversión y evaluación influyen en los plazos de entrega.
Sin embargo, si se tiene en cuenta cuánto sobrepasan los costes, entonces son los proyectos realizados por un único operador los que dejan peores resultados. Concretamente, estos trabajos registran de media un sobrecoste del 107%, frente al 84% experimentado en los proyectos con joint ventures.
“Las joint venture permiten a las empresas mitigar los riesgos de la operación, hacer más asequible el acceso a la financiación, acceder a la tecnología, optimizar la cadena de suministros y mejorar el posicionamiento en el mercado. Pero en la constitución de esta alianza y posterior desarrollo de su actividad es fundamental el asesoramiento”, explica Luis Buzzi, Socio responsable del sector energía para España, Italia y Portugal de EY.
Asimismo, el estudio detalla que las joint venture permiten, además, cumplir los requerimientos normativos de muchos países que exigen la participación de una empresa local en los proyectos y son más aceptadas que las operaciones de adquisición por los políticos, trabajadores y comunidades.
Presencia sectorial y por tamaño
El estudio de EY informa que las joint ventures son más frecuentes en los proyectos upstream (exploración y producción) y en los de gas natural licuado (LNG). Según refleja el resultado de la encuesta, el 85% de los proyectos upstream y el 55% de los de LNG analizados utilizaron esta fórmula.
El análisis también revela que a medida que el proyecto aumenta de tamaño, también lo suele hacer el número de socios involucrados. Así, por ejemplo, en trabajos de hasta 20.000 millones de dólares participan 2,5 socios de media y en aquellos que superan los 30.000 millones, lo hacen 4,5.
Por tipo de operador, las grandes empresas privadas son las que tienden más a recurrir a esta fórmula y las que mayores sobrecostes y retrasos experimentan. En este sentido, hay que tener en cuenta que estas empresas privadas realizan normalmente trabajos más complejos y que operan el 69% de los proyectos de joint venture y las compañías nacionales de petróleo (National oil companies, NOCs) tan solo el 19%.
El estudio de EY apunta que uno de los aspectos más importantes en la constitución de una joint venture es seleccionar adecuadamente a los socios, ya que son alianzas que se establecen para el largo plazo, y establecer una relación de confianza. La integración efectiva de los socios, el liderazgo organizacional, la alineación sobre los objetivos y la estrategia del proyecto son otros de los puntos claves para aprovechar el potencial de la joint venture y contribuir a su éxito.