Greenpeace acusa a las grandes eléctricas de desbaratar los objetivos de renovables y climáticos que el Consejo Europeo aprobarán los próximos 23 y 24 de octubre. La ONG verde asegura en el informe Atados las razones por las que "las grandes eléctricas europeas quieren dejarnos enganchados a la importación de combustibles fósiles".
El informe de Greenpeace acusa directamente a las ocho mayores utilities de Europa, EDF, E.ON, GDF Suez, RWE, ENEL, Vattenfall, Iberdrola y Gas Natural Fenosa, de presionar a los políticos de la UE para que los futuros compromisos en materia de reducción de emisiones de carbono, fomento de las energías renovables y la eficiencia energética sean menores.
A través del Grupo Magritte, donde están seis de estas ocho empresas, han presionado durante los últimos años a los principales líderes europeos para "cambiar radicalmente la política energética de la UE de forma que sirva a sus propios y exclusivos intereses", dice Greenpeace.
Greenpeace se basa en una serie de datos que confirman la política energética por la que apuestan estas compañías. Así, un tercio de los ingresos de las ocho compañías eléctricas más grandes de la UE procede del gas y el carbón importado desde países no pertenecientes al Espacio Económico Europeo. " Los negocios de estas empresas dependen en gran medida de que Europa siga sometida a estados rentistas, inherentemente inestables, exponiendo a Europa a amenazas geopolíticas", dice la organización.
Ayudas
La organización verde deja en evidencia a las compañías por la acusación de éstas de que las renovables reciben unas ayudas fuera de lo normal. Según Greenpeace, en Europa las renovables reciben al año alrededor de 30.000 millones de euros mientras que la energía nuclear y los combustibles fósiles se estima que reciben 61.000 millones de euros en subvenciones, sobre todo por los pagos por capacidad.
Según el informe, las eléctricas afirman que los pagos por capacidad son necesarios para garantizar el suministro energético a la ciudadanía europea. Es por ello que Greenpeace piensa que la motivación del Grupo Magritte es obvia: tras haber invertido demasiado en combustibles fósiles y carecer de bienes renovables, "estos enormes dinosaurios de la energía quieren encadenar a Europa a una continua dependencia de los combustibles fósiles de importación".
Objetivos 2030
Greenpeace cree que la presión ejercida por las eléctricas no es casualidad. "El momento elegido para llevar a cabo esta cruzada retrógrada se ha planificado cuidadosamente, pues Europa se encuentra en un momento crítico con el debate sobre los objetivos de la UE para 2030 en materia de clima y energía en marcha".
Los próximos 23 y 24 de octubre el Consejo Europeo decide los objetivos finales para 2030 en materia de renovables, emisiones y eficiencia energética. Sobre la mesa estos objetivos: una reducción del 40% de los gases de efecto invernadero comparado con 1990, una cuota del 27% para la energía renovable y una reducción del 30% del consumo energético para 2030.
Según la organización, las utilities europeas solo quieren que se cumpla el objetivo de emisiones, mientras que los otros no sean vinculantes. Por su parte, Greenpeace demanda a los políticos europeos que implementen objetivos para 2030 que incluyan una cuota del 45% para renovables, un 40% de ahorro energético (ambos comparados con 2005) y una reducción del 55% de las emisiones domésticas de carbono (comparado con 1990). Todo ello vinculante para todos los miembros de la UE.
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