Las nuevas explotaciones colombianas de petróleo y gas en alta mar garantizarán la seguridad energética del país a largo plazo
Los desarrollos offshore deben ser altamente productivos y rentables para evitar la brecha de suministro; la infraestructura sigue siendo una cuestión clave
El desarrollo en alta mar de nuevos activos de gas se ha identificado como una pieza clave para la seguridad energética a largo plazo de Colombia, pero siguen existiendo retos importantes. El tamaño, la capacidad de producción y las inversiones en infraestructura necesarias hacen que la situación sea incierta, según un informe reciente de Wood Mackenzie.
El informe concluye que el desarrollo de los recientes descubrimientos de gas en alta mar de Gorgon, Uchuva y Orca tendría que alcanzar un umbral de rentabilidad de entre 6 y 7 dólares por millón de pies cúbicos (mcf), basándose en un análisis de múltiples escenarios que varían los recursos recuperables potenciales y las productividades finales de los pozos, para ayudar a evitar un futuro déficit de demanda. Actualmente, Colombia va camino de quedarse sin gas nacional esta década, con una brecha entre la oferta de gas, incluida la capacidad de importación, y la demanda de 560 millones de pies cúbicos al día (mmcfd) prevista para 2030.
"Se trata de un reto importante que Colombia debe superar y para el que deben cumplirse muchas condiciones críticas", afirmó Vinicius Moraes, analista de investigación de Upstream para América Latina de Wood Mackenzie. "Dado que todos estos proyectos se encuentran aún en fase de evaluación, todavía existe una gran incertidumbre en cuanto a los volúmenes de producción potenciales, los plazos y los costes de los proyectos. Los operadores que perforan pozos de exploración han guardado silencio hasta ahora sobre la potencialidad de estos recursos. El tiempo apremia, y si Colombia no quiere depender de las importaciones de GNL hasta el final de la década, debe empezar a hacer avanzar los descubrimientos en alta mar hacia la fase de desarrollo".
Gran desafío
La infraestructura actual presenta otro desafío y podría obstaculizar el progreso, dijo Kuy Koh, analista senior de investigación, Latin American Upstream para Wood Mackenzie.
"Incluso si la producción en alta mar se materializa, sigue habiendo problemas logísticos, ya que la infraestructura actual de gasoductos es inadecuada y debe ampliarse", dijo Koh. "Hay una capacidad limitada para trasladar el gas desde los proyectos offshore y la costa hasta el interior de Colombia. Si esto no se soluciona, se limitaría la producción potencial. Además, tanto los desarrollos offshore como la expansión de la infraestructura onshore estarían sujetos a la aprobación de las comunidades en consultas públicas, lo que podría plantear retos adicionales."
"Sin nuevas fuentes de suministro importantes, la atención se centrará en el desarrollo continuado de los activos actuales", afirmó Moraes. "En última instancia, la cuestión se reducirá a la viabilidad económica. Colombia debe sopesar los costes de desarrollo de sus recursos de gas en alta mar frente a un mercado internacional de GNL potencialmente sobreabastecido."
"Nuestros estudios muestran que los proyectos de gas en alta mar tienen un plazo medio de 11 años desde el descubrimiento hasta la obtención del primer gas", afirmó Koh. "En un escenario optimista, en el que los descubrimientos offshore colombianos más cercanos a la costa pudieran empezar a producir en 2027, estarían compitiendo contra un mercado de GNL sobreabastecido con precios rondando los 6 dólares. Si todo se alinea de manera oportuna para los desarrollos offshore, incluyendo mejoras significativas en la infraestructura, Colombia podría enfrentarse a un mercado de exportación competitivo para 2030."
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