Este verano los termómetros marcarán las temperaturas más altas de la última década, lo que hará que la demanda eléctrica de los hogares españoles durante los meses más cálidos se incremente hasta en un 30%. Esto implica que entre el 15 de junio y el 15 septiembre, un hogar medio pagará más de 160 euros5 de más en su factura de la luz debido al uso del aire acondicionado.
Estos datos se desprenden del estudio de Kelisto.es, que ha analizado el impacto de las altas temperaturas en el consumo eléctrico debido al uso intensivo de los aparatos de climatización y las posibilidades de ahorro en la factura de la luz que tienen las familias durante los meses más calurosos.
En el mes de julio de 2015 la temperatura media en nuestro país alcanzó los 26,5 ºC, cuatro grados más que en el mes de junio y 3,2 grados más que en julio de 2014. Esos cuatro grados más de temperatura con respecto al mes anterior trajeron consigo un incremento de la demanda eléctrica del 28,6% en el mes de julio, con lo que cada grado de incremento supuso un aumento en el consumo eléctrico del 7% y un gasto de 47 millones de euros.
“El aumento del consumo eléctrico del mes de julio del año pasado supuso un incremento de 188,7 millones de euros en el gasto en electricidad (con respecto al mes de junio) para aquellos consumidores acogidos al PVPC. Este verano, todo apunta a que el consumo de electricidad se incrementará de nuevo, más incluso que en 2015, debido a las temperaturas más elevadas que se experimentarán en toda España y a la mayor penetración de los aparatos de aire acondicionado en los hogares”, afirma Celia Duran, portavoz de Kelisto.es.
Consejos de ahorro
Ante este escenario, con el incremento de las temperaturas y, como consecuencia, de la factura eléctrica, Kelisto.es ofrece una serie de consejos para reducir el impacto que el uso del aire acondicionado tiene en la factura de la luz, así como para mejorar el confort en los hogares durante los meses de verano.
1. Elegir el equipo de climatización más adecuado
Si aún no hemos comprado el aparato, conviene analizar previamente las necesidades de climatización de la vivienda, elegir el equipo más conveniente e instalarlo en el lugar adecuado. Existe una amplia gama de aparatos de climatización en el mercado pero algunos de ellos, pese a tener prestaciones similares, pueden consumir hasta un 60% más. Por ello, conviene seguir las siguientes recomendaciones antes de elegir el equipo:
- Conocer los diferentes modelos disponibles: si la vivienda no dispone de un sistema de aire acondicionado centralizado, el más eficiente, habrá que elegir entre los dos modelos disponibles en el mercado: los compactos (los que se suelen acoplar a las ventanas y disponen del condensador y evaporador de aire en una única estructura) y los modelos partidos, en los que el condensador ocupa una unidad que se debe colocar en el exterior de la casa y se conecta con el evaporador situado el interior.
Este último exige disponer de más espacio, pero también asegura, a igualdad de potencia, una mayor capacidad. También existen pequeños modelos transportables, pero al disponer de condensadores y evaporadores más pequeños resultan menos eficientes.
- Prestar atención a la potencia: la potencia que debe tener el equipo de climatización dependerá del tamaño de la vivienda o de la estancia que se quiere refrigerar. Por ejemplo, para una superficie de entre 35 y 40 m2 lo adecuado es una potencia de 3 kW.
- Tener en cuenta la etiqueta energética: desde el año 2002 es obligatorio que los aparatos de climatización cuenten con la etiqueta que muestra su nivel de eficiencia, desde la A (la más eficiente) a la G (los menos eficientes). Solo entre un equipo de clase A y otro de clase A++ se puede obtener un ahorro de 29 euros al año.
- Instalarlo en la zona adecuada: lo preferible es que, tanto las unidades interiores como las exteriores, estén situadas en zonas de sombra, no se encuentren cerca de otros aparatos que desprendan calor y dispongan de una buena circulación de aire.
2. Utilizar el aire acondicionado de forma eficiente
Para mantener un nivel adecuado de confort en el hogar pero, al mismo tiempo, reducir el consumo de electricidad derivado del aire acondicionado, basta con seguir las siguientes recomendaciones:
- Sellar puertas y ventanas para evitar pérdidas del aire acondicionado: un 20% de las necesidades de climatización de una casa es consecuencia de pérdidas de frío o calor, por lo que instalar burletes o revisar las posibles fugas en las ventanas puede suponer ahorros de hasta 200 euros al año en aire acondicionado y calefacción.
- Instalar ventanas de doble acristalamiento o doble ventana: evitan las fugas de frío en verano (y de calor en invierno). Instalarlas puede suponer un ahorro anual del 10% del consumo, unos 100 euros al año10.
- Elegir la temperatura adecuada del hogar: se recomienda mantener una temperatura estable de entre 24 y 26 grados, aunque no debe superar los 12 grados de diferencia con el exterior. Cabe señalar que cada grado que descienda la temperatura, el aparato estará consumiendo cerca de un 8% adicional de energía.
- No desatender el mantenimiento del aparato: los filtros de aire sucios obligan a la unidad a consumir más energía para refrigerar la casa, con lo que es conveniente mantener el equipo en perfectas condiciones para no incrementar su consumo.
- Apágalo antes de salir: si vamos a salir de casa lo adecuado es apagar el aire acondicionado unos 20 minutos antes, ya que la vivienda se mantendrá fresca y evitaremos un consumo innecesario.
3. Protegerse del calor
Seguir algunas pautas para protegernos del calor dentro de la vivienda hará que sea menos necesario el uso de aparatos de climatización y, por tanto, nos permitirá ahorrar en la factura eléctrica.
- Instalar toldos: se pueden conseguir ahorros de energía superiores al 30% instalando toldos en las ventanas9 o elementos de sombreado como persianas, porches, etc. donde más da el sol, evitando así la entrada de aire caliente en el interior de la vivienda.
- Ventilar la casa cuando el aire de la calle sea más fresco (primeras horas de la mañana y durante la noche) y aprovechar las corrientes naturales de aire.
- Utilizar ropa apropiada: usar capas finas de ropa en el hogar, para no tener que refrigerar más las estancias. Elegir en la medida de lo posible prendas de algodón o telas frescas.
- Comer de forma adecuada: beber mucha agua y tomar comidas refrescantes durante el verano es fundamental para evitar golpes de calor y deshidratación, principalmente en niños y personas mayores.
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