El Gobierno del Reino Unido ha anunciado que dejará de otorgar subvenciones para construir nuevos parques eólicos en tierra firme a partir del 1 de abril de 2016, un año antes de lo previsto.
La ministra británica de Energía y Cambio Climático, Amber Rudd, señaló que el volumen de instalaciones eólicas ya programadas permitirá cumplir con los objetivos del sector de cara a 2020, por lo que considera "apropiado restringir el despliegue" de nuevas instalaciones.
El Gobierno, que dedicó el año pasado más de 800 millones de libras (1.110 millones de euros) a subvencionar el sector, aspira con esta medida a "equilibrar los intereses de los fabricantes" con los del "público general".
Según la ministra, las turbinas en tierra firme "a menudo no cuentan con el apoyo del público y no pueden proveer por ellas mismas la capacidad firme que requiere un sistema de energía estable".
El Reino Unido cuenta con 5.061 turbinas eólicas en funcionamiento en tierra firme, y otras 2.845 han recibido ya los permisos necesarios, de las cuales se han comenzado a levantar 637.
Los campos "onshore" generan el 80% de la energía generada por el viento en el país, mientras que el otro 20 % proviene de instalaciones frente a la costa, un cuarto de ellas ubicadas en el estuario del Támesis.
Esas instalaciones son suficiente para cubrir las necesidades de 5,5 millones de hogares durante un año.
Rudd anunció que habrá un "periodo de gracia" para aquellos proyectos que ya han comenzado a tramitar permisos para instalar nuevos campos eólicos, si bien la portavoz laborista de Energía, Carol Flint, avanzó que cerca de 1.000 proyectos de inversión podrían verse afectados por el fin de las subvenciones.
La medida ha despertado críticas desde la industria, que subraya que los campos eólicos "onshore" son la forma de energía limpia más barata, y de organizaciones ecologistas, que argumentan que es uno de los métodos más efectivos para reducir las emisiones de CO2.
El Gobierno británico prevé poner en marcha un nuevo sistema de subsidios para energías con bajas emisiones de CO2, si bien todavía no ha aclarado si las turbinas en tierra firme podrán entrar dentro de ese plan.
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