A estas alturas, todo el mundo sabe que 2016 fue el año más caliente registrado y que los gases de efecto invernadero alcanzaron su mayor concentración, superando 400 partes por millón por primera vez en casi 1 millón de años.
Pero hay otros registros relacionados con el cambio climático que han pasado más desapercibidos y que han sido recogidos en el informe anual del Estado del Clima, publicado en el Boletín de la Sociedad Meteorológica Americana: por ejemplo, durante agosto, las áreas libres de hielo del Mar de Barents (norte de Noruega y Rusia) estaban hasta 11° C (20° F) por encima de la media histórica, una cifra que sorprendió a los climatólogos.
El mar de Chukchi en Alaska y las aguas al oeste de Groenlandia estaban 10,5° C y 10° C por encima de la temperatura media. Esas aguas cálidas estaban vinculadas al pico más pequeño anual de invierno en los niveles de hielo marino y el segundo mínimo anual más bajo.
La temperatura media de la superficie terrestre en el Ártico estaba 2° C por encima del promedio de 1981-2010, con un aumento de temperaturas de 3,5° C desde 1900. Las altas temperaturas se registraron por debajo de la superficie permanentemente congelada del Ártico (Permafrost) en la vertiente norte de Alaska.
El gráfico de arriba refleja el equilibrio de masas glaciares -la diferencia entre el hielo perdido por fusión y el hielo obtenido a través de nuevas nevadas- cada año desde 1980 (barras azules) para los 44 glaciares en la red de referencia del World Glacier Monitoring Service. Las líneas anaranjadas muestran la pérdida total de masa de hielo en curso entre 1980-2015. Estos glaciares han perdido el equivalente de cortar una rebanada de 70 pies de espesor de la parte superior del glaciar promedio.
“2016 fue un año en el Ártico como nunca antes se había visto”, dijo Jeremy Mathis, director del programa de investigación del Ártico de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica y autor del informe.
La tasa de calentamiento en el Ártico, que se está produciendo al doble del ritmo del resto del globo, tiene importantes impactos en los ecosistemas locales, pero también impulsa el calentamiento del planeta, de la misma manera que el hielo marino que reflejaría los rayos del sol de nuevo al espacio se pierde.
Y por 37º año consecutivo, los glaciares alpinos retrocedieron en todo el mundo. Estos glaciares son una fuente importante de agua para las comunidades locales, y su pérdida ha provocado cierta preocupación sobre la seguridad del agua, particularmente en lugares como el sudeste de Asia.